Figura relevante y de referencia en el ámbito de la cultura y de la creación artística de su país, además de presidente del consejo directivo de la Asociación General de Autores de Uruguay (AGADU) desde 1997, Alexis Buenseñor es el invitado especial en esta edición de Florencio para hablar de las distintas vicisitudes que atraviesan los profesionales representados por aquella sociedad colectiva de gestión. Titular durante dos períodos del Fondo Nacional de Música (FONAM) en representación del Ministerio de Educación y Cultura de la república hermana, ha sido también presidente del Comité Latinoamericano y del Caribe de la Confederación de Autores y Compositores (CISAC), de la Cámara Uruguaya de la Propiedad Intelectual (CUPI) y tesorero de la Casa de Comedias y del Consejo Nacional de la Música (CIM), sin contar ya con la activa participación que desarrolla desde hace años y en la actualidad en las reuniones y actividades de las organizaciones ligadas a la defensa del derecho de autor y de propiedad en el mundo y en su propia nación.
Hasta el año 2010 se desempeñó como solista de corno francés en la Orquesta Filarmónica de Montevideo y solista alterno de la Orquesta Sinfónica del SODRE. Sus composiciones abarcan la música popular, publicitaria y clásica. Ha participado, por otra parte, en la grabación de material discográfico de destacados artistas uruguayos. Una de sus últimas realizaciones en el campo autoral (en coautoría con Estela Magnone) fue la música para la obra de teatro Cómo rellenar un bikini salvaje, de Miguel Falabella. Fundador de la Orquesta Matos Rodríguez, tuvo también a su cargo la Dirección Escénica, Coordinación Artística y Dirección General de la misma, siendo responsable de la idea original de los espectáculos La cuenta regresiva y 100 años más referidos al centenario de “La Cumparsita”, uno de los tangos más famosos del mundo, sino el más famoso.
Fundada en 1929, la AGADU surgió de la fusión de instituciones culturales diversas que, por distintos caminos procuraban la defensa y protección de los derechos morales y patrimoniales de los autores. Hoy, la entidad cuenta con una sala teatral, un museo, un centro de documentación y un parque de vacaciones. La sala Blanca Podestá tiene una capacidad de 110 localidades y en ella se ofrecen espectáculos teatrales para adultos y niños, así como conciertos, recitales, puestas de danza, ensayos, grabaciones, conferencias, cursos y presentaciones de libros y fonogramas. El Museo AGADU fue inaugurado un 25 de agosto de 1964 y, desmontado en 1999 por trabajos de reciclaje, se reinauguró en 2008 en el subsuelo de la Casa del Autor. Ese museo cuenta con una exposición permanente de objetos de destacadas personalidades de la cultura uruguaya.
El derecho de autor en Uruguay se encuentra regido por las leyes 9.739, de 1937; la 17.616, de enero de 2003 y por el decreto número 154/004 de mayo de 2004. Esa legislación protege el derecho moral del autor de toda creación literaria, científica o artística y le reconoce derecho de dominio sobre las producciones de su pensamiento, ciencia o arte. El autor conserva su derecho de propiedad durante toda su vida, y sus herederos o legatarios por el término de cincuenta años a partir del deceso del causante. Cuando el titular de un derecho de autor es el Estado o cualquier organismo público, la propiedad es reconocida a perpetuidad. Si bien el registro de las obras no es necesario para poder ejercer los derechos de autor, la Biblioteca Nacional lleva un registro de los derechos de autor, en el que los interesados pueden inscribir las obras y demás bienes intelectuales protegidos por la ley. Al mismo tiempo, Uruguay ha adherido al Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas y a la Convención de Roma sobre la protección de los artistas intérpretes o ejecutantes, los productores de fonogramas y los organismos de radiodifusión de octubre de 1961, lo que agrega un instrumento legal más de defensa de los mencionados derechos. Lo que sigue a esta introducción son las respuestas que, amablemente, el presidente de la AGADU dio al cuestionario que nuestra revista le envió con el propósito de conocer algunos aspectos de la actual situación de los autores de su país, siguiendo el propósito que se ha fijado en esta publicación de reflejar en distintos números la realidad a la que se enfrentan los colegas de nuestros profesionales en otros países, en especial los de América Latina y algunos europeos.
¿Cómo es la situación del autor uruguayo en la actualidad? ¿Se siguen respetando sus legítimos derechos como ha sido durante largo tiempo, gracias a la gran tradición legislativa que tiene al respecto su país y la existencia de una fuerte sociedad colectiva de gestión en defensa de los derechos de autor? ¿O han surgido dificultades en los últimos años debido a los cambios, en algunos casos radicales, producidos en especial en el mundo audiovisual, pero no solo en él, por el desarrollo tecnológico?
La Ley 9739 y la 17616 son un muy buen respaldo para la gestión colectiva de los derechos y con ello la situación del autor uruguayo es buena. Se debe tomar en cuenta para esa calificación las distintas actividades en que se usan sus obras, tanto en forma presencial como en los demás usos que son plausibles de licenciamiento para el uso de obras artísticas. Hubo una muy buena reacción de los usuarios, luego de la inesperada pandemia vivida. Referido al mundo audiovisual se han cerrado contratos con las plataformas digitales y se sigue trabajando en la medida de la aparición de más plataformas u otras actividades audiovisuales que deben solicitar el licenciamiento, para el uso de las obras de los distintos creadores. En relación al ámbito legislativo, estamos dialogando con distintos legisladores para la presentación de un proyecto de ley que, debido a los cambios tecnológicos, hoy es necesario para la defensa de los creadores. Entre otros, se refiere al tema de la inteligencia artificial.
¿Cómo se comportan, por ejemplo, las plataformas internacionales que operan en su país respecto al respeto a los derechos de autor? ¿Los respetan, los pasan por alto? ¿Hay algún tipo de regulación para ellas en el país? Y si no las hay, ¿cuáles son los planteos entre los autores y sus entidades para superar esas situaciones.
AGADU es fundadora de LATINAUTOR, que es la herramienta que concentra las voluntades de las entidades de gestión colectiva de Latinoamérica (menos México y Brasil) y negocia las tarifas y condiciones con todos los usuarios del ámbito digital. Esta entidad licencia toda la utilización de obras en las plataformas digitales. AGADU integra dicha macro sociedad y desarrolla el cobro de los derechos por intermedio de la citada entidad.
AGADU es una sociedad de gestión general, o sea que representa a los autores, artistas e intérpretes provenientes de distintos campos del quehacer autoral. ¿Siempre ha sido así, desde la fundación de la entidad en 1929? ¿Hay otras sociedades en Uruguay que también representan al autor?
En Uruguay, no hay otra Sociedad de Autores; la Institución desarrolla un monopolio de hecho. En su creación el 26 de setiembre de 1929, según expresa el Estatuto, la masa social está integrada por autores de música, entendiendo como autores a los teatrales, literarios y científicos de obras literarias. En el transcurso de los años, se fueron captando otros derechos para ser administrados. AGADU es una sociedad general que involucra varias administraciones de derechos. Representa autores y creadores de obras tales como música, teatro, dramaturgia, carnaval, coreógrafos, artistas visuales y actualmente también creadores en el audiovisual, como lo son los directores y guionistas. AGADU solo representa autores; los intérpretes ejecutantes son representados por SUDEI.
¿Cómo visualiza el desarrollo o expansión en los últimos años de los derechos de autor en el mundo? ¿Ha sido importante la cantidad de nuevas sociedades de gestión en países donde nose contemplaba el derecho de autor? ¿Qué papel ha jugado la CISAC y las asociaciones por región de distintas sociedades colectivas, como las de América Latina?
En este punto, debemos señalar un antes y después de la pandemia vivida. En el pasado 2022, hubo un gran incremento en la recaudación por derecho de autor en nuestro continente y en el mundo. Este aumento fue generado por la avidez de los ciudadanos de todos los continentes en consumir todo lo relacionado con las industrias culturales.
La vigilancia y contralor de la aplicación de la ley de derechos de autor está en Uruguay a cargo de un Consejo de Derechos de autor, integrado por cinco miembros honorarios designados por el Ministerio de Educación y Cultura que duran cinco años. ¿Cómo se coordina esa actividad con la actividad de la AGADU y de otras asociaciones?
La relación de la gestión colectiva de todos los titulares de derechos: autores (AGADU), intérpretes (SUDEI) y la Cámara del Disco (CUD), es muy fluida y la interrelación es buena, llegándose a coordinar y desarrollar actividades en forma conjunta con el citado Consejo.
Usted es compositor y ejecutante del instrumento corno francés y, según creo, fue en esa condición que ingresó a la AGADU como socio y luego fue nombrado en 1997 presidente. ¿Cómo se ha movido o ha combinado en todos estos años su actividad artística con el rol de presidente de la AGADU? ¿Lo han hecho armoniosamente?
Fue muy confortable desarrollar en paralelo ambas actividades, tanto la de instrumentista como la de compositor.
La sala teatral, el museo, el centro de documentación y el parque de vacaciones ¿siguen en la actualidad funcionando?
Si siguen funcionando. El Museo y Centro de Documentación, y el Teatro AGADU “Sala Blanca Podestá”, son ámbitos culturales que, cada uno en su área, están al servicio de toda la comunidad uruguaya. Respecto al tango, nuestro museo es el que más documentación tiene del género. El Parque de Vacaciones “Zeballos” sigue siendo un ámbito de descanso para los socios y, en acuerdo con la Intendencia Municipal de Canelones, se ha generado un gran espacio cultural llamado DINAMO, que forma parte de Canelones Creativo.
¿Sigue siendo presidente del Comité Directivo Latinoamericano y del Caribe de la CISAC?
Si. A fines de abril, durante la Asamblea del citado Comité, fui electo por el período 2023 – 2024.