Federico Abaca, un juglar de los títeres

Entrevista al autor y titiritero radicado en Catamarca que esta semana presentará su arte en Brasil

“Es la segunda vez que voy al Festival Internacional de Teatro de Igarassu Festig, en Pernambuco. La primera fue hace nueve años con Líos de Granja. En esta oportunidad presentamos Teatrín Viajero Zapateo y Sarandeo que es una obra juglar que la hago con una pollera de danza y hablo de mis abuelos, cuento que eran bailarines de folklore y que yo los acompañaba mientras me pongo un sombrero de gaucho. Y así monto el teatro de títeres”, dice Federico Abaca, durante la entrevista realizada por ARGENTORES. “Siempre trato de trabajar con cuestiones de la región. Cuando viajo representando a Argentina, mucha gente piensa que voy a hacer algo relacionado con el tango o voy a hablar el obelisco. Por eso yo mantengo todo lo relacionado con el folklore norteño. En esta oportunidad, la hice en portugués y funcionó muy bien. En semana Santa vamos a participar con mi compañera Roxana Castro del Festival Anima Rua en Curitiba, Brasil”

Actor titiritero, Autor. Pronto a celebrar los 25 años de actividad con su teatro de títeres Chincho Poroto. Con sus distintos espectáculos se ha presentado en festivales nacionales e internacionales de teatro de títeres y teatro infantil en casi todas las provincias de Argentina, en Chile, Bolivia, Paraguay, México y Brasil.Egresado de la Escuela de títeres de Avellaneda Buenos Aires, Federico Abaca fue becado por el Instituto nacional del teatro para estudiar Dramaturgia de títeres y objetos con Horacio Tignannelli. Publico Líos de granja (Editorial Quebracho) guion Ilustrado por niños y niñas de las escuelas rurales y de montaña del norte de Catamarca. Publicó Titiriturgias para Infancias, adolescencias y adulteces (Editorial El Chelko) Colaboró con textos Breves para las revistas de Títeres, ANIMO Tucumán, Juancito y María Córdoba y El Fardom de Buenos Aires. Obtuvo el premio Aspo de Dramaturgias del NOA, por la obra Yo tengo un ojo negro, Quiriqui quiriqui. Mención de Honor Cine.Ar, por el cortometraje de objetos Soñock alfarero (5 Premios nacionales). Su obra Tejerina Avienta el mal viento es parte del catálogo Nacional del INT 23/24, entre distintos premios y menciones por su labor teatral.

“Dentro del teatro de títeres hay distintas corrientes, una de ellas, las más tradicional, consiste en tener mantener la obra. Existe una anécdota muy conocida de Ariel Bufano de cuando recorre el mundo estudiando los distintos espectáculos de títeres. En una ocasión queda tan maravillado con la obra de un búlgaro que le pregunta si tiene otros espectáculos. Cuente Ariel Bufano que el búlgaro se enojó y le dijo que no, que la obra que él había visto y tanto le había gustado primero la hizo su abuelo, luego su padre y ahora él. De alguna manera esto pasa con muchos titiriteros. Cuesta bajar la obra. Por otro lado, aprovechando que uno recorre lugares con su trabajo de juglar, también va renovando el público. Pero paralelamente vamos haciendo otras obras, algunas son para sala con elencos más grandes y no se pueden mover. En mi caso hago espectáculos solista, también mi compañera. Y nos dirigimos mutuamente, así vamos haciendo el trabajo de guerrilla, digamos, para mantener el puchero”.

¿Cómo nace tu relación con los títeres?

Yo me crié en Cañuelas, pero mi familia es de Catamarca. Como suele pasar la gente del interior migra hacia las capitales cuando hay trabajo y después se vuelve al interior por cuestiones económicas o mejor vivir, como es mi caso, que vuelvo en el año dos mil, más o menos. Tuve varios recorridos antes, estudié en Ezeiza en una escuela de arte y luego en Avellaneda fui a estudiar a una escuela de títeres. Mis hermanos más grandes que son músicos tenían un amigo que hacía marionetas y un día me dijo que iba a ver a su maestro, eso me llamó la atención y lo acompañé. Y ahí conocí a Elvio Villarroel, que fue el director de la escuela de títeres de Avellaneda. A los seis meses de estar estudiando ya estaba trabajando en las plazas haciendo a la gorra con otros compañeros. Cuando terminé la escuela, comencé a viajar con los títeres y luego ya me quedé en Catamarca. En épocas normales son ocho y hasta diez giras por año, estoy pensando antes de la pandemia. Ahora volvimos a las andadas y veremos qué va a pasar.

¿Cómo surgió Líos de granja?

En esa época yo estaba en un elenco y empezaba a escribir a tomar los clásicos de Javier Villafañe. La estrené en el año 2000, pero hice muy pocas funciones porque me fui de viaje con otro espectáculo. En 2003 volví a estrenarla y seguimos hasta hoy paralelamente con otros espectáculos con mi compañera. La idea se me ocurrió a partir de una obra que vi donde el personaje era un topo que estaba escondido y ahí me pregunté por qué el titiritero no usaba el recurso de la cabeza que parecía un huevo. A partir de eso armé un personaje que tenía la cabeza de huevo y eso me llevó a las gallinas para luego terminar pensando en la granja. El nombre del perro, por ejemplo, tiene que ver con una historia familiar. Tenías un perro que falleció y le hicimos un velorio. Pero fijate vos, esto que me preguntabas vos en relación a mi propia infancia, yo era muy chico en esa época, soy el menor de mis hermanos, y no me acuerdo para nada de aquel momento, pero la historia quedó dentro de la familia.

“Líos de granja”
Es fascinante el recorrido que ha tenido esta obra

A mí me sorprende y estoy muy agradecido. Surge algo mágico cuando la representamos en ciertos lugares, creo que es porque se trata de una obra rural. Recuerdo que una vez estuve de gira en el norte de México y me sorprendió notar que había algo muy catamarqueño en el paisaje y en los rasgos de las caras de las personas. De hecho, una vez vino un grupo de mexicanos acá y quedaron fascinados. Me acuerdo que en un momento uno de ellos me dice: “Te voy a dar una comida que seguramente nunca probaste, vos que sos argentino” ¡Y me ofrece un plato de tamales! Cosas como ésta las pude aprender gracias a los títeres, quiero decir que es parte de un recorrido de aprendizaje que como simple turista no hubiera logrado.

¿Conociste una dramaturgia distinta en otros países con los títeres?

En general, está bastante estandarizado, pero podría hablarte de Brasil y como hacen el Mamulengo, que no es lo mismo porque tiene una cuestión de ritual. El mamulenguero no es un artista. Es mamulenguero. El la zona del nordeste de Brasil, los títeres tradicionales son el Mamulengo que hacen una historia con distintas líneas narrativas muy tradicionales. No viven del arte, tienen sus oficios, por eso te digo que tiene un componente de ritual.

Hay algo fascinante para quienes vemos espectáculos de títeres que de alguna manea nos remite a nuestro propio universo lúdico. ¿Cuánto hay de continuidad en vos más allá de la profesión artística?

Hasta que comencé la escuela, creo que nunca había visto títeres o circo. Pero después con el tiempo, en alguna gira, apareció imágenes de mi propio niño que tenía como perdido. La relación es directa con las infancias y también con los adultos al tocarles una fibra, una raíz. Vuelven con los títeres a un lugar que los hipnotizan. De hecho cuando hago espectáculos para las infancias, trato de hacer cosas de mi propia infancia, son cosas que me hacen reír a mí. Fijate si a los cuarenta años intento ubicarme en el mismo código de los niños y niñas, quedo como un ridículo. Quiero decir que no intento infantilizarme sino de recrear historias donde yo mismo me sentía asombrado en mi infancia.Todo esto mezclado con mi mamá, porque era ella quien me contaba historias.

En diciembre del 2023 se estrenó “Soñock alfarero en la Plataforma CINE.AR PLAY.

Sí, obtuvimos la mención de Honor Cine Ar, en el festival de cortometrajes del HÉROE en Catamarca. La génesis de la obra se da en tiempo de pandemia tras el concurso nacional de Actividades performáticas con soporte audiovisual realizado por el Instituto Nacional del teatro, mi proyecto fue elegido Y Premiado como uno de los pocos en el NOA. En otra convocatoria ya como proyecto de cortometraje fue premiado en el certamen Mi Capital es Cultura, Dirección de Cultura de la Municipalidad de San Femando del Valle de Catamarca. A partir de estos logros forme equipo con la productora local Costa Rica, realizamos la construcción de los muñecos de Arcilla con Huaycama Arte y Cultivo (Artesanos de Huaycama Valle Viejo) y en postproducción convoque a Federico Peludero para la concreción de la música original.
Así el corto estrenado el Héroe obtuvo tres premios, mejor dirección de Arte, mejor música original y la mención Cine. También obtuvo el segundo premio como mejor cortometraje, en el Primer Festival de cortometrajes Catamarqueños y fue seleccionada para estar en la selección oficial de Festival Internacional de Cine de la Alturas en Jujuy. El cortometraje fue escrito, dirigido y en animación artesanal a tiempo real por mí. Una experiencia bella y nueva que me ha dado el pie para el guion de un próximo cortometraje con títeres en proceso “Los Seis miles“.