ARGENTORES FEDERAL. GLADIS GÓMEZ SE REFIERE AL NEA

“El teatro es el último espacio de libertad que nos queda”

“El teatro es el último espacio de libertad que nos queda”

Guillermo Hardwick, secretario general de nuestra entidad y responsable del programa Argentores Federal, señalaba hace un tiempo que esta iniciativa remitía a la concreta “necesidad de abrir los vínculos con los autores de las provincias.” La eficaz respuesta a esa necesidad fue, luego de aquella evaluación, la aparición de delegaciones culturales de Argentores en distintos lugares del país encabezados por un autor, un guionista o un dramaturgo. O sea, autores y autoras que, en cada lugar donde se constituyó la delegación tenga la misión de vinculares con sus pares, pero a través de actividades que tengan que ver estrictamente con el oficio.

Con el objetivo de conocer cómo se desarrolla esa actividad en el día a día de una de esas delegaciones en el país y su mirada acerca de la situación de los autores y autoras en ese territorio, Florencio dialogó hace una semana atrás con Gladis Gómez, delegada cultural de Argentores en Chaco, Corrientes y Formosa y concesionaria también en las tres provincias citadas, más la de Misiones. Profesora de Arte Dramático y Expresión Corporal, Gladis es una directora escénica, actriz, titiritera, dramaturga, gestora y productora teatral de larga trayectoria en ese ámbito y muy reconocida. Lo que sigue es el contenido de esa conversación mantenida con ella.

¿Cómo definirías a tu diálogo diario con los autores y las autoras de la región, cuáles son las consultas más habituales que te formulan, los temas complejos a resolver y qué es ser, en definitiva, “delegada cultural”?

El diálogo es constante, permanente, diario, cuando lo necesitan. Las consultas más habituales se generan en relación a cómo registrarse en el portal de autogestión. Si bien tenemos tutoriales, la mayoría requiere de un acompañamiento para la carga de su primera declaración. Es sencillo, pero prefieren asegurarse de que, lo que están haciendo, está bien. Otra consulta es con respecto al cobro de sus derechos, cómo deben hacerlo, a quién solicitarlos, etc. El tema del pago de adelanto de derechos es otra pregunta que frecuentemente hacen, ya que no siempre quieren cobrar un adelanto, y a veces no saben muy bien qué poner en la respuesta que deben mandar a Argentores, cuando piden autorización para representar algunas de sus obras. También ha pasado que algún pago de adelanto -el avaloire, como decimos entre nosotros-, se atrasó y entonces hay que hacer el seguimiento consultando a otras delegaciones, ya que no siempre los pedidos vienen de la misma región de los autores y autoras. Estamos en contacto frecuentemente por éste y otros temas todos los delegados y delegadas de nuestra entidad. Cuando hay algún autor fallecido, sus familiares también recurren a la información que brindamos para familiarizarse con los derechos autorales. También consultan sobre cómo escribir los libretos, si hay alguna forma preestablecida de cómo presentar el archivo para cargar en la declaración. Con respecto a música y coreografía, también tenemos consultas permanentemente, ya que algunos autores han declarado su libro y también la música especialmente compuesta para su obra. En otros casos es libro y coreografía. Es una tarea muy interesante. Un servicio a colegas y a la vez una defensa permanente del derecho autoral.

Gladys Gómez junto a delegados federales de Argentores

¿Hay alguna diferencia entre las inquietudes de los creadores y creadoras de las capitales provinciales -en tanto ciudades más grandes- y los del resto?   

Lo que hay es mayor o menor información sobre las leyes 11.723 y 20.115. Pero en cuanto toman contacto con la delegación y se los instruye en el tema, inmediatamente tienen las mismas necesidades e inquietudes. Agradecen profundamente el alcance que tiene nuestra entidad por llegar a todas las localidades con charlas, ya sean virtuales o presenciales, y el acompañamiento permanente para asegurar sus derechos y la percepción de lo que les corresponde.

¿Cuál es tu mirada acerca de la importancia crucial del hecho que la sociedad de autores tenga delegaciones culturales en todo el territorio y qué le aporta Argentores Federal a los creadores y las creadoras del país profundo?

Desde la federalización de los recursos para las actividades teatrales con la ley 24.800, que creó el Instituto Nacional del Teatro, los artistas del interior comenzaron a tener presencia de manera formal y equitativa en el campo nacional teatral.  Esto significó un enorme avance para las teatralidades regionales y provinciales y puso en evidencia que el país no terminaba en la General Paz… Tal vez comenzaba allí… Fue una lucha larga que logró imponer una justicia necesaria para todos los hacedores culturales argentinos y terminar, o por lo menos intentarlo, con la dicotomía “interior versus capital”.  Argentores no podía quedar fuera de esta mirada y propuesta política. Creó las delegaciones justamente para acercar esos autores y autoras de las disciplinas artísticas a derechos y posibilidades sin discriminar por su procedencia geográfica. Me llena de orgullo que nuestra entidad haya dado ese gran paso. Era necesario. Era reconocer derechos a todos y todas por su trabajo sin mirar su localización. Es un gran esfuerzo de nuestra entidad, que vale la pena resaltar y posicionar como una auténtica política federal. Pocas instituciones nacionales, incluso del Estado, tienen esta gestión. Es un ejemplo a seguir.

Hablemos de un hecho central: que el delegado o delegada cultural sea un par, además, alguien que es una autora y que, por lo tanto, comprenda la problemática del oficio desde la cercanía. Y del hecho de ser mujer en ese rol.

Es fundamental que el delegado o delegada cultural sea un par. Los que estamos en esta profesión y hemos pasado por toda la trayectoria de Argentores desarrollando su política federal, sabemos perfectamente cuáles son las necesidades y los beneficios. Esto es fundamental para empatizar y poder atender con eficacia y compromiso a los y las autoras de todo el país. Solo con esta condición se puede cumplir completamente la tarea de difusión e información de nuestra entidad.

¿Cómo podría definirse la situación en el NEA en cuanto a su realidad teatral, dinámica audiovisual y radial, a sus expresiones digitales, coreográficas o musicales, estas últimas volcadas a los escenarios?

En el NEA la realidad teatral es fuerte, intensa, hay mucha autoría propia, cada vez más. Hay un profundo reconocimiento a nuestra entidad y cada vez más se asume el compromiso de solicitar autorización, de abonar los derechos autorales, de declarar obras, etc. Se ve el crecimiento en estos años del interés por nuestra institución. En el campo de la coreografía es un poco más difícil por una cuestión de producción. Generalmente las coreografías utilizan música de otros autores y eso complica la declaración de las obras, ya que generalmente son temas de difusión masiva, autores no nacionales, etc. En algunos casos, cuando él o la coreógrafa tiene en claro sus derechos y que debe declarar sus obras, se advierte que coordinan con músicos locales o bien solicitan los derechos musicales para sus obras. En este sentido, estamos trabajando intensamente con instituciones como ATACH, que nuclea a coreógrafos/as, para que se tome conciencia de la importancia de declarar sus obras. Con respecto al cine, el contacto es mucho más fluido, creo que dada las exigencias del INCAA para los aportes a las producciones fílmicas. Todo cineasta del NEA conoce Argentores y se pone en contacto con nosotros. Incluso más de una vez ha apelado a nuestra institución en caso de litigio de autoría para respaldo ante instituciones provinciales que otorgan apoyo. Con la radio es más difícil. Generalmente se declaran pocos programas. Estamos organizando reuniones para comenzar a poner en conocimiento de los autores radiales el alcance de nuestra institución. Con respecto a las nuevas tecnologías, la pandemia sirvió para visibilizar la presencia de Argentores también en esa protección de derechos.

¿Cuánto de tu tarea diaria como delegada le quita tiempo a tu trabajo autoral, cómo se complementan ambas realidades?

No le quita tiempo: lo enriquece. En cada taller de dramaturgia que dicto, en cada conversatorio en que participo, Argentores está siempre presente. Considero que lo primero que debemos hacer las autoras y autores para ser respetados y tenidos en cuenta es comenzar por nosotros mismos. Si nosotras/os no nos posicionamos como autores/as, poco podemos exigir al resto que no está en la tarea. Esto, para mí, es el comienzo de la escritura teatral. Ponerme en el rol de dramaturgo/a. Considerarlo como una profesión más, de las tantas que general el teatro. Si no lo asumimos desde el vamos… perdemos tiempo precioso de gestación de la profesión. La dramaturgia y Argentores son para mí una unidad, casi una cuestión de militancia cultural. No puede existir prácticamente una sin la otra… Soy autora, tengo derechos, y porque tengo derechos puedo ser autora.

¿Qué significación tiene la pieza teatral Escrito en el agua, dentro del panorama de obras que has realizado?

Es de las obras que más valoro. Fue un trabajo muy interesante, me motivó a transitar por el incesto, tema que me ocupa bastante en mi producción teatral. Lo fortuito de cómo aparece la historia que se refleja en la obra, me ha servido también para fortalecer mi propuesta pedagógica en los talleres que dicto. Justamente, considero que escribimos a partir de algo que nos pega directo al corazón y no nos deja vivir… queremos hacerlo teatro, darlo a conocer a públicos de todas latitudes… y eso nos empuja hasta que lo escribimos. Así fue con Escrito en el agua. Desde esta producción, el tema siempre me da vueltas de diversas maneras. También recibí premios por esta autoría. El primero fue el semimontado que Argentores puso a concurso y que fue realizado con la dirección de Jorge Graciosi y la participación de Carlos Portaluppi, en 2007, si mal no recuerdo. Luego ganó el concurso de la Comedia Correntina en 2008 y también el premio a mejor dramaturgia en el Encuentro Provincial de teatro de Chaco en 2016.

¿En qué momento creativo te encontrás ahora?

¡Profundamente creativo! No paro de escribir. Es la manera de refugiarme y exorcizar la realidad que nos circunda… inesperada… pero posible, claro. Y para seguir viviendo en un clima tan hostil a la cultura, a la identidad, a nuestros valores y derechos alcanzados, lo mejor es hacerlo texto teatral y llevarlo a escena. Eso me mantiene en actividad y me da la esperanza de que se puede cambiar algo, de que no todo esté perdido.  Como dice Fito, yo vengo a ofrecer mi corazón, mis textos, mis montajes. El teatro sana, el teatro es el último espacio de libertad que nos queda… el resto es libertinaje.  Por eso, cuanto mayor la crisis, mayor la producción. Claro que también sería bueno poder parar un poco, ¿no? ¡Sobre todo, de recibir tantos estímulos!

 ¿Cuál es el atractivo secreto que tiene el universo de los títeres?

Son mágicos… todavía conservan esa particularidad primitiva del ser humano… Con los títeres podés ser una cosa y al instante otra. Podés ser el más malo de la historia y disfrutarlo sin temor a ser cuestionado. Es seguir siendo niña… con la ingenuidad y la perversión necesarias para la catarsis. Es verse en cada uno de los personajes que creo. La máscara, ese camuflaje que nos ponemos para poder vivir… Eso son los títeres. Esos objetos que de repente sintetizan lo más profundo del ser humano… Y los más oculto, lo prohibido, y sin embargo lo mostramos y nos reímos, o disfrutamos. ¡Son tremendamente impunes, desprejuiciados, cuestionadores, escarban, penetran hasta donde ni imaginamos! Amo los títeres. No podría dejar de hacer títeres nunca… Es la esencia misma del arte teatral.

 Decías en una entrevista: “Para mí, el teatro es la disciplina con mayor arraigo en la sociedad -a pesar de que mucha gente no va al teatro- porque toca la fibra íntima de las personas, ya que hay un hecho de comunión con el público. Para sentarte a ver una obra no necesitás experiencia ni conocimiento, lo vivís igual que el que está sentado al lado tuyo, que puede llegar a ser el crítico más exigente”. Ampliemos esto.

El espectador nos concede una parte de su tiempo. ¡Nos brinda incluso un aporte económico! Es maravilloso que alguien, sin saber qué es lo que va a ver se entregue y participe totalmente desprovisto de reservas, de prejuicios. Esto es lo maravilloso del teatro… la apuesta al futuro que hace cada espectador. Hay una actitud de nobleza, sana, de sinergia, de empatía que recupera la fe en los seres humanos, en nosotros y nosotras, contemporáneos, en este viaje simultáneo que vamos haciendo. De allí la responsabilidad con la que debemos asumir la profesión. Es eso profesar: ir hacia adelante por fe… ¡maravilloso! Si la humanidad hiciera teatro más frecuentemente, otro mundo tendríamos.

Hablemos sintéticamente del complejo cultural Guido Miranda, de tu propia relación con éste y de su trascendencia cultural en la comunidad. Lo mismo de la Fundación Cultural Acuífero Guaraní.

Fui la directora del Complejo Cultural Guido Miranda durante nueve años. La vida me premió con esta actividad: dirigir el espacio emblemático del arte de mi provincia. El Guido, como le decimos cariñosamente, es nuestro Cervantes, nuestro Colón y llegar a su escenario es una de las metas de los artistas de mi provincia. De hecho, inauguramos la actividad teatral en el complejo con una obra mía en 1997, cuando se abrió. También he actuado infinidad de veces allí. Pero llegar a dirigirlo fue una satisfacción y compromiso enormes. Me tocó democratizar el espacio y generar nuevos públicos y artistas. Tarea intensa, difícil, con poco presupuesto, pero que logramos, con el equipo que me acompañó, de una manera muy eficaz. El Guido es hoy un lugar para todos y todas las artistas, sin discriminar si son del interior, de Buenos Aires, si actúan, cantan o bailan. El Guido es de todos. Asimismo, estamos con la fundación Cultural del Acuífero Guaraní desde 2007. Es un espacio de producción y también de circulación, pedagógico, de gestión, en fin, hacemos de todo para difundir y profesionalizar el teatro. Somos un grupo de 12 personas, que cumplimos diversas tareas. Nos agrupamos en diferentes producciones y propiciamos trabajo a quienes la integramos. Hacemos teatro, títeres, circo, pedagogía, gestionamos producciones y giras, intercambios, festivales, concursos.

¿En qué faceta creés que sos más “vos”: autora, gestora cultural, actriz, titiritera?

Soy todas… en cada una me siento cómoda, feliz, porque todas tienen el anclaje del teatro, de la cultura. Disfruto de cada una y le pongo el cuerpo a todas. Investigo, amplío, me desarrollo con cada una de esas Gladis… Es mi vida… Si no hago todo esto… no vivo.

Gladys Gómez recibiendo el Premio Federal Hugo Saccoccia 2018

Gladis Gómez y su amplio recorrido laboral.

Comenzó sus estudios teatrales en el Teatro Universitario de la U.N.N.E. y luego se trasladó a Buenos Aires, donde cursó la carrera de Profesorado de Arte Dramático y Dirección Teatral en el Centro de Estudios Dramáticos bajo la dirección de Ariel Bufano. Tomó cursos y seminarios de perfeccionamiento con maestros nacionales e internacionales. Fue gestora y fundadora de grupos teatrales en la provincia y la región como el Grupo Uno de Teatro y el Instituto de Teatro, fundadora de La Máscara Teatro (1983 a 2001), de La Casa del Arte (2011/2013) y de la Fundación Cultural del Acuífero Guaraní (2007 a la fecha). Puso en escena más de 120 espectáculos teatrales de diferentes géneros y ha protagonizado más de 90 personajes en su carrera profesional. Ha escrito más de 40 piezas teatrales para adultos, adolescentes y niños. Fue jurado de dramaturgia en concursos nacionales y de festivales de teatro y se desempeña como jurado de carnavales hace veinte años. De 2000 a 2009 se ha desempeñado como Representante Provincial y Representante Regional del Instituto Nacional del Teatro. Fue Coordinadora general de la Fiesta Nacional del Teatro realizada en Chaco en 2009. Ha recibido premios por su labor teatral en la provincia, en dramaturgia, dirección y actuación. En 2014 recibió el premio María Guerrero como teatrista del interior del país.  Ha participado en dos producciones del Plan Federal del Teatro Nacional Cervantes. Fue Directora del Complejo Cultural Provincial Guido Miranda (2010/2018) y Directora General de Artes del Instituto de Cultura del Chaco (2015/2019). Actualmente es Secretaria, Productora y Directora artística de la Fundación Cultural del Acuífero Guaraní, integrante de la Colectiva de Autoras del NEA   Gestora y Productora del Bi Festival Autoras Nea. Entre sus obras se destacan Poderoso señor La muerte, La siesta del Pombero, La última sala, La gringa loca, Volver a casa, Antígona vive, Escrito en el agua, Ñuton recargado, Familia tipo, Silencio grandes jugando, La calesita, Los cuentos de ña Velina, Malvinas…soledad, Monólogos sin barbijo, Ñande gente, Entre trapos y palabras, El Circo de ña Velina, Mellizos, En reversa, El chanta, Deshonra e Imago.

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