Cada vez que veo una serie que me vuela la cabeza pienso uh, cómo me hubiera gustado escribir esta serie. Ojo que no siempre tiene que ver con que la serie sea buenísima y la que ven todos. A veces sí, a veces no. Es más, casi siempre llego tarde a las series que ya vieron y estoy fascinada con alguna que nadie vio ni verá nunca. En general quedo afuera de todas las conversaciones sobre series porque sobre las que sé, nadie sabe. Soy una cazadora solitaria de series, me gusta esa búsqueda silenciosa cuando me canso de leer. Buceo por las plataformas, si alguna me atrae entro y tengo el don de los cinco minutos. Si al minuto seis no me atrapó, me voy. Soy una espectadora sin culpa y sin paciencia. La mayor parte de las veces, la pesca es infructuosa y entonces tomo decisiones obvias. Vuelvo a los viejos amigos de siempre para disfrutar aquellos buenos tiempos de series que también me hubiera gustado escribir: MadMen, Six Feet Under, Seinfeld, Big Bang Theory, Los Soprano, Curbe, Dos Hombres y Medio, Better Call Saul (sin la parte de los mafiosos), New Old Cristine, Everybody Loves Raymond.

Tengo fantasías donde formo parte de un equipo y participo de una tormenta de ideas tirando los temas para un episodio de Seinfeld y como soy fan de Larry David lo vivo como una realidad. “La camisa de volados”, es, por ejemplo, uno de esos episodios: en la línea George modelo de manos, Kramer acompañando con descuentos sospechosos y Elaine mordida por un perro. Por fuera del elenco la novia de Kramer que habla en susurros y es la que trae el tema de la camisa. El todo tan perfecto que me emociona. Yo aplaudo estos episodios, de verdad los aplaudo. MadMen y la secuencia de la muerte de Nat, lloro de emoción por lo bien escrito que está. De todas las que nombré tengo algo para decir, escenas icónicas, diálogos que sé casi de memoria. Por algo todos son clásicos, esa transición que solo soportan los buenos formatos, los elencos geniales, las buenas personas y el guion por encima de todo. Y cierro esta ventana porque la nota va por otro lado y no quiero que te me disperses.

Volviendo al aquí y al ahora, ponele, los últimos tres años ya te digo sin dudar un instante qué cinco series hubiera amado escribir. Algunas son más populares que otras. El orden es random, aleatorio, todas son mis favoritas. Hay algunos spoilers alerts, ojo, si sos virgen de estas series no avances con la lectura.

Yo te avisé.

SUCCESION

La serie trata sobre la familia Roy, dueña de Waystar Royco, un conglomerado mundial de medios de comunicación y empresas de entretenimiento. La trama se centra en los cuatro hijos del patriarca Logan Roy: Kendall, Shiv, Roman y Connor, mientras se preparan para suceder a su padre en la dirección del negocio familiar.

Es tan inteligente y profesional el diseño del perfil de los personajes, el modo en que hacen avanzar la acción, o la detienen. La serie se la fagocitan los hijos de Roy y el contexto es tan ajeno a nuestra realidad que no importa mucho por qué están peleando. Son tan millonarios, y tan infelices, que no hace falta verbalizarlo, está en todo lo que hacen. Y la muerte del patriarca en el momento menos esperado está tan bien escrita que lloré de pura emoción guionística. Hubiera amado encontrar a Roman en Kieran Culkin (¡el hermano de Mi Pobre Angelito!), con ese borde tan peligroso por el que camina y esos diálogos confusos y maravillosos. Y las oscuridades de Shiv, la conducta adictiva de Kendall. Me volví loca. Hubo diálogos que los pasé y los repasé varias veces. Nivel toc.

CASI FELIZ

Casi feliz es una serie de televisión de 2020 que explora el duelo, la soledad y el fracaso. La serie es una comedia semibiográfica que presenta los problemas cotidianos de Sebastián, un presentador de radio recién divorciado que intenta encontrar su camino mientras lidia con su neurosis. Bueno, yo me reí mucho con esta serie, me sentí jodidamente identificada en un montón de cosas. Me empatizó de todos lados. Siento con pura humildad que podría haber estado ahí metiendo mano en el guion como si nada, mi mundo es bastante así. Y me hacen muy bien estas series argentas donde no pasan tantas cosas, relajemos con la trama, importan los personajes sin el estrés de los grandes golpes de timón. Claro, sí, me hubiera gustado escribirla, gratis, por un paquete de gomitas de eucaliptus y una gaseosa light bien fría, eso sí.

GAMBITO DE DAMA

La serie está basada en la novela de 1983 de Walter Tevis y sigue a Beth Harmon, una huérfana estadounidense que se convierte en campeona internacional de ajedrez en la década del sesenta. Una huérfana olvidada por el mundo con todas las de perder encuentra, gracias a un mentor el don que la llevará a la fama y al éxito económico. Es tan básico de cuento de hadas que haceme una serie de éxito con esto en HBO. Solo si tenés el talento y el oficio y los contactos y naciste en la parte norte de América. Y lo hicieron. Yo seguí la trama diciendo bajito: eso, vamos, sí, es por ahí, avanza, ahora metele este giro, sí. Yo lo hubiera hecho todo igual. Incomprobable, ¿no?

BARRY

La serie trata sobre un sicario, Barry, inmerso en una crisis existencial que encuentra la luz al final de túnel, cuando descubre su verdadera vocación en un teatro mugroso de Los Ángeles. A partir de esa revelación, quiere dejar todo y ser actor. Y encuentra un maestro zen que está dispuesto a mentorizarlo. Pero, bueno, tu pasado te condena, Barry. Nadie deja de ser sicario solo por amor y menos si sos un psicópata de manual.

Esta serie tiene un despliegue de contradicciones del personaje que me dejó fascinada. El guion va encontrando estos dobleces con una pericia que no dejé de aplaudir con las neuronas. Me enamoré de este personaje repulsivo y quise que le vaya bien en la vida, aunque, entre otras cosas, intente matar a una niña. Todo empeora en imagen y crueldad, pero seguís deseando que logre su objetivo altruista. Hubiera disfrutado mucho del placentero malestar que provoca escribir este personaje repulsivo.

SHAMELESS

La serie trata sobre unos hermanos de Chicago y las batallas cotidianas que enfrentan para sobrevivir en un entorno repleto de carencias, drogas y alcohol. William H.Macy (Fargo) es Frank Gallagher, el no padre de estos seres gestados bajo los efectos de las drogas duras. Todos resilientes y en choque permanente contra la dura realidad de Chicago. En USA también hay pobres. Mirá vos.

Acá el tema es ser lo más políticamente incorrecto que se te ocurra. Desde la propuesta, el guion pone en marcha a una serie de personajes que van por la vida sin plan y sin códigos. La trama es desprolija y se traiciona todo el tiempo a sí misma. Hay errores cronológicos, de continuidad, de relato. Es tan infame, tan imperdonable que funciona perfecto con la música de los personajes. Hay muchas buenas escenas, pero la de la fiesta donde el pequeño Liam se toma la cocaína es el máximo de lo intolerable. La serie es tan políticamente incorrecta que hasta te traiciona sin piedad. Las últimas cuatro temporadas son una basura. Me hubiese encantado escribir esta serie llena de desprolijidades donde todo huele mal… hasta el guion.

Belén Wedeltoft