Revista Florencio

CON EL AUTOR Y PRODUCTOR ALEJANDRO DONGIOVANNI

La radio actual y sus múltiples caminos

Conoce como pocos el oficio de crear contenidos radiales y su labor autoral y como productor ha merecido múltiples reconocimientos. En esta charla, Alejandro Dongiovanni, quien lleva adelante ese laureado programa de culto –El radioteatro de los Rivarola, hoy integrado a una plataforma que lo proyecta a todo el mundo- habla con Florencio de su particular condición de hacedor en este ámbito donde lo sonoro, lo textual, los tiempos y las nuevas tecnologías presentan modificaciones en forma continua, generando desafíos mayores a sus hacedores.

Hablemos de ese fenómeno que es el podcast. ¿Lo viste “venir” o te tomó de sorpresa?

Vi venir algo que no sé si definitivamente terminó en el podcast. Me imaginaba que iban a llegar producciones sonoras, enlatados de sonido que se iban a distribuir. David Bowie dijo que en un momento iba a entrar a todas las casas un solo cable y que ese cable te iba traer todo. Y que la música se iba a distribuir como en “cápsulas”. Y yo lo relacioné con los contenidos de radio. Bueno, los podcast son algo así, una extensión de la radio, un formato maravilloso que a futuro nos podría conducir a una «nueva radio», digo esto sin caer en la discusión de si el podcast es radio, o no. Lo que sí creo, es que todo el que haga podcast debe cuidarlo, es decir cómo transmito el mensaje, los tiempos, los silencios, y el entorno sonoro. El desafío que yo tengo es tratar de llevar la ficción sonora al podcast manteniendo el “aire” de la radio.

En un podcast hay actores y actrices, locutores, música, efectos, guion, voces, todo. Hay “radio”.

Creo que en muchos casos lo que falta es la espontaneidad y la adrenalina que te da la luz roja de aire, el estar en un estudio, en vivo, «la radio». Esto, el podcast no lo tiene. De hecho, en el estudio que estoy armando en casa para grabar podcast, voy a poner un cartel de “aire”.   Quiero una verdadera atmósfera radial.

Da la impresión que grandes sectores de las nuevas generaciones buscan otra cosa, una “nueva” radio. Estamos dentro de un cambio enorme. ¿Es realmente así?

El tema que es que las nuevas camadas no escuchan radio. Aunque, en realidad, lo que no escuchan es a la radio tradicional. Estamos ante un problema. Sin embargo, somos muchos los que la escuchamos, todavía se mantiene la ceremonia. Lo digital plantea un cambio en la radio, aunque no sabemos bien por dónde va a pasar, qué va a ocurrir. Sí es verdad que no le queda mucho tiempo a la radio tradicional. Una última novedad, como el ingreso de una cámara al estudio no funcionó, no aportó. Los que hacemos ficciones sonoras y radioteatro, tenemos una idea central: no destruir la magia del medio, ese misterio. 

¿Cómo imaginás que será la ficción radial de ahora en más, en cuanto a forma y contenido?

Creo que va a haber lugar para todo. Lo digital permite diversidad de temáticas y -esto es importante- de duración de contenidos.  No funcionó eso de “che, mirá, no hagas algo de más 3 minutos porque la gente se aburre, pierde la atención”. Hay podcast que duran una hora o más…y la gente los escucha.  De alguna manera, desmitifica la idea de que todo tiene que tener un cierto tiempo.  En una radio no se puede pasar un solo de Miles Davis de 11 minutos. La radio digital, el streaming, lo permite; se opone al mandato de la duración y al de las temáticas. El autor de radio ha pasado sus propios límites. Si te metés en el universo del podcast con la idea que te escuchen en cualquier parte del mundo, lo podés hacer. Si salgo al aire en una emisora de AM o FM -que son hermosas-, va a ser más difícil. Y voy a tener que terminar canalizando ese material en las redes.

Estás en un nuevo proyecto, ¿no?

Quiero usar la ficción como un recurso de ayuda social. Es para que la gente se exprese, pueda manifestarse en una causa, concientizar. En mi caso tiene que ver con un tema de salud. Estuve enfermo durante la pandemia. Algo grave. Y pude curarme.  Mientras estaba aprendiendo a ser paciente, a atravesarla, pensé que tenía que ayudar a gente que pasara por esa situación a través de mi actividad, es una forma de agradecer también. El proyecto apunta a hacer algo en formato podcast. Con ficción y también con no ficción. No va a tener que ver con lo científico. Voy a ir por el lado de lo testimonial, tendrá que ver con los recursos sonoros. Cuando estaba haciendo el tratamiento, surgió la idea; me mandaban audios, más voces de enfermeros, médicos, profesionales. Ahí estaba el comienzo de lo que ya estoy preparando. En principio saldría por Spotify. Luego se podrá ofrecer a otras plataformas, a radios comunitarias. La idea es compartir y llegar a quien lo necesite, y aún, sin ser «pacientes», se asomen a escuchar cómo mejor se puede atravesar un trance tan difícil.

Con respecto a eso, se suele hablar poco de la importancia de lo no ficcional en lo artístico-radial: artística, continuidades, contenidos de comunicadores, editoriales, etc.

Es verdad. Ser autor de radio completo hoy tiene, además, muchas exigencias.  Es bueno saber escribir narrativa, estar bien informado, llegar a la gente, y mejor aún haber pasado por la experiencia de haber hecho alguna vez radioteatro, ficción. Eso se nota a la hora de escuchar un contenido. Cuantos más recursos sonoros y de tiempo sepamos, el trabajo será más agradable al escucharlo. Argentores hace mucho para que los periodistas le den realmente valor a su trabajo autoral. 

¿Cómo conviven en vos tu doble rol de autor y productor?

Me manejo muy bien porque trato de ser creativo a la hora de producir.  Un productor tiene que ser creativo, el invitado tiene que conocer el contenido del programa. Lo que ha perdido el productor es la creatividad. El estar pendiente de los tiempos, en ver cómo tocás un tema, o en priorizar temáticas que a lo mejor para la gente es interesante, pero al medio no le conviene que se toque, eso complica todo.

¿Cuál es la vigencia de lo ficcional en radio?

Lo nuestro es atípico. A las radios grandes no les interesa la ficción, el radioteatro.   Y la cultura… por épocas, hay buenos pero pocos programas culturales que hablen de música y libros, en eso, el podcast también viene a darnos espacio para producir esos contenidos.  Es así.
Hablemos de El Radioteatro de los Rivarola, la ficción que más te referencia.

El Radioteatro de los Rivarola

Los Rivarola es una ficción sobre historias de una familia, interpretadas en vivo desde la radio, (hemos llegado a 9 actores), con una entrega semanal.   Desde que empezó a salir, mi idea fue escribirle a un invitado. Me fascina la idea que el invitado haga radio, que la gente lo escuche y que, terminado el radioteatro, se le haga una entrevista. Entre 2008 y 2013 estuvimos en AM 530. Y después de 2014 a 2019 en Radiobar.rocks.  Más tarde lo grabamos y lo subimos a Spotify.  Allí hay más de 50 capítulos (y muchos más por venir). Los invitados en Los Rivarola no hacen de ellos mismos; les escribí con total impunidad para que hicieran de otros. Estuvo, por ejemplo, un gran actor, Eduardo Blanco, gracias a la gestión de mi amigo Martín Berrade.  Con Blanco estuve en doble condición: como libretista y como actor, haciendo yo de Tito Rivarola, personaje central en la historia. Le escribí el capítulo Luna de Paternal, remitiendo a su película Luna de Avellaneda, claro. También pasaron la actriz Ana Celentano, el escritor José Pablo Feimann, Black Rodriguez Méndez, el cantante de la Rodrigo Valdez, y Gastón Gonzales, el bajista de Los Pericos. En este proyecto retomo el género del radioteatro clásico, escribiendo y produciéndolo, dándole un giro acorde a temáticas actuales. Los Rivarola es gente bien de La Paternal, que hace sufrir, reír y emocionar, con los conflictos de una familia de clase media baja. Y me gusta aclarar que es un radioteatro autogestivo, con un elenco rotativo de más de treinta actores provenientes, en su mayoría, del mundo de la actuación, del doblaje y la comedia musical. La modalidad, como decía anteriormente, incluye a un invitado famoso, al cual le escribo un personaje especial. Y tengo el honor de que haya sido varias premiado por Argentores.

¿Qué ha tenido de distintivo al gran Juan Carlos Mesa, que siempre lo rescatás en cada reportaje?

Juan Carlos Mesa

Sueño con Mesa. Me hubiera encantado haber podido escribir un capítulo de Los Rivarola para dos personas: una, Juan Carlos. La otra, Luis Alberto Spinetta. Mesa es la representación máxima de hacer humor en radio.  Fue todo lo que queremos ser como autores. Fue autor de radio, narrativa, cine, televisión, todo. Ingenuo y absurdo.  Yo cuando escribo no soy grosero, en su línea. Juan Carlos era cuidadoso con el mensaje. Y Luis Alberto, qué podría decir de él.

¿Te gusta enseñar todo lo aprendido?

Sí, me fascina, pero no soy “docente», transmito experiencia, lo cual me parece muy útil y genuino.  Yo estudié para producción de radio y después me fui haciendo en lo autoral, con cursos, talleres, y toda una vida desde chico. Me ayudó mucho Eduardo Maicas, ese gran creativo. Me gusta trabajar en base a la demanda y a la avidez de la gente que se acerca. Y hay mucho para hacer. Deseo la posibilidad de que ellos puedan producir su propia ficción sonora, con recursos mínimos, un teléfono y una computadora. Antes te volvías loco, tenías que ir a morir a una radio, a un estudio. Eso y la idea de quien construye una historia sonora, ya excede a la radio misma. Eso es el podcast. Quien quiera contar bien una historia, que siempre es la clave, puede hacerlo.

L.C.


Dongiovanni y una historia en el aire

“Empecé a hacer radio sin saberlo a los 8 años, poniéndole voces a las historietas de Mafalda, con música de Los Beatles. Luego, con unos  compañeros de la secundaria, en épocas de radios “piratas” y en coincidencia con la Guerra de Malvinas, comenzamos a jugar al micrófono, y sin quererlo, derivó en un programa. Se llamó Radio Cochicó. Allí ya escribía guiones, aún sin el conocimiento de una estructura. Una suerte de “introducción, nudo y desenlace”. Más tarde, después de estudiar psicología, y publicidad   -ambas carreras inconclusas-, me interesé por estudiar radio. No había muchas ofertas autorales a fines de los ochenta. Finalmente, me acerqué al medio, y lo hice en Buenos Aires Estudio, recibiéndome de Productor integral y guionista de radio y televisión. Luego me dediqué a estudiar como guionista de radio, en la UTPBA (Unión de trabajadores de Prensa), donde conocí a quien sería mi profesor, y yo su alumno vitalicio: Maicas, humorista gráfico y guionista. Siempre continué actualizándome en los nuevos enfoques de contenidos de radio y difusión como autor y productor. Actualmente, claro, en el podcast. Como productor me desempeñé desde 1988, en distintos programas como Voz conductora, Nos sorprende trabajando, Los jinetes de la coyuntura, Vuelta cangrejo y El secreto de las letras, entre otros. En estos últimos, además de la producción, intervine con personajes propios. Y como guionista free lance escribí guiones de sketchs y contenidos artísticos (aperturas, separadores, institucionales), para varias estaciones de AM y FM.  Además, realicé trabajos en Intranet e Internet para empresas privadas, en Argentina y España, produciendo contenidos destinados a campañas comerciales y difusión de sus productos. Generé trabajos autorales propios más adelante. Conduje el programa Su pasado los condena, en FM a Tribu”, escribiendo sketchs de humor en vivo y material enlatado. En este ciclo me enfoqué de lleno en la ficción sonora. En el año 2008, junto a los periodistas Martín Latorraca y Maximilano Martínez comenzamos con el programa El secreto de las letras, por AM 530 (La voz de las Madres, emisora de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo), un ciclo de temática cultural y musical con el lema «Música y palabras en partes iguales de radio», allí, en lo autoral, produje varias cosas dentro del ciclo Ficciones sonoras, con distintas temáticas. Y ahí comenzó el ciclo El Radioteatro de Los Rivarola. En Spotify se puede escuchar El secreto de las letras (ciclo de ficciones sonoras), y los Rivarola se encuentran como El Radioteatro de Rivarola.”


1 / Mar / 2023