Revista Florencio
DIÁLOGO CON EL GUIONISTA RADIAL Y PERIODISTA MIGUEL PASSARINI
Arteón y Néstor Zapata, diálogos entre poética y política es un relevante documental radial que surgió como proyecto dentro del ciclo de Artística Federal de Radio Nacional denominado Comarcas, y fue el primero que se presentó dentro del mismo, a mediados de 2021, en medio de la pandemia. Se estrenó en Radio Nacional Rosario Roberto Fontanarrosa, el miércoles 21 de julio de ese año. Allí se emitió completo, con una duración de 54 minutos y armado en cuatro bloques. Luego tuvo otras pasadas en distintos horarios y recorrió otras emisoras que integran la cadena de Nacional, como Santa Fe y Entre Ríos, dado que, más allá de que el anclaje del material es local, Néstor Zapata es un prestigioso artista de más de 80 años, con seis décadas de trabajo, que con Arteón ha recorrido todo el país, gran parte de Latinoamérica y España. De todo esto hablamos con el reconocido periodista Miguel Passarini, autor de la idea, guionista del documental y productor general de la iniciativa.
¿Primero, cómo podemos definir a Comarcas?
Es una de las tantas aristas del espacio de gestión colectiva Artística Federal, integrado por periodistas de todo el país y que comanda el periodista, escritor y guionista Pedro Patzer, quien hace un trabajo maravilloso. A partir de una serie de documentales radiales, se busca visibilizar algunos aspectos del imaginario histórico y cultural argentino que la hegemonía mediática niega, oculta o descarta y que, en ciernes, es uno de los roles de los medios públicos porque a los privados esos contenidos que no les interesan. Y el documental en sí propone un imbricado viaje de cuatro tramos, relatado a partir de audios de WhatsApp en medio de la pandemia, dado que no había otro modo de comunicación, algo que, al mismo tiempo, se volvió un gran hallazgo. Fueron alrededor de 60 audios a través de los cuales Néstor fue respondiendo a mis inquietudes y fuimos metiéndonos en lugares conocidos de su recorrido, pero en otros no tanto. Es una rareza, porque el material tiene todo el tiempo un tono de confesión, una forma de relato que lo singulariza y que quizás en una charla cara a cara no hubiese aparecido. El aislamiento de la pandemia nos ofrecía tiempo para escuchar, pensar y responder. El proyecto surgió de una idea personal y de mi trabajo previo con el periodismo teatral, con el que comencé en 1992. Yo me ocupé de la idea, producción general, guion y musicalización, la locución fue de Gabriela Sapienza, la asistencia de producción de Luciano Mussetta y la edición de Osvaldo Toledo, todos compañeros de Nacional Rosario.

¿Por qué la elección de Zapata, cuáles son sus fortalezas, sus valores y cómo fue la relación tuya con él durante todo el trabajo?
Es un creador legendario, un director de cine y teatro que desanda, a sus 80 años, más de cincuenta años de trabajo ininterrumpidos en la producción artística rosarina, una verdadera huella de resistencia y creación que marcó a varias generaciones. El gran maestro de la comarca teatral y cinematográfica rosarina evoca entre la nostalgia, los buenos recuerdos, los dolores inevitables, los momentos de oscuridad y la necesidad de dejar un legado. Arteón, creado en 1968, llega hasta el presente no sólo con su producción sino como lugar de gestión y surgimiento de otros grupos, Discepolín por ejemplo, y de creadores notables que salieron de sus talleres, como Rody Bertol, otro de los grandes maestros rosarinos, creador del Centro Experimental Rosario Imagina, quien también acredita treinta años de trabajo y empezó en los legendarios Talleres de Arteón. Y la relación con Néstor siempre ha sido desde el cariño y el respeto mutuo: él está muy feliz con este documental, apoyó su realización y acompañó en su difusión, dado que hemos recibido comentarios de colegas y amigos tanto del país como del exterior que conocen su obra.
¿Cómo fue el proceso desde que nació la idea hasta su estreno radial, pasando, lógicamente, por la recepción de la idea del propio protagonista?

De cara a la cercanía con Néstor Zapata, quien al comienzo de la pandemia tenía para estrenar Milagro de otoño, su última película (y que llegó a los cines mucho después, pero que ya había logrado más de quince premios internacionales), surgió esta idea de contar la historia de Arteón, pero desde el relato, desde el detalle narrado. Me gusta decir que este documental es como abrir un viejo libro y encontrarse con algo que uno guardó allí hace mucho tiempo y que ahora lo redescubre. Es una especie de viaje en el tiempo de la memoria partiendo de la base que el pasado es el recuerdo y así se lo planteé a Néstor que estuvo encantado y muy de acuerdo desde el primer llamado. En todo momento buscamos indagar en algunos aspectos menos conocidos de este grupo de trabajo creativo, que es una de las huellas de la producción artística local, ya que, para contar su enorme e incansable recorrido, se hubieran necesitado varios documentales como éste. Por eso, y como todo documental, es un recorte, una mirada, una de las tantas posibles. Y es, al mismo tiempo, una especie de pequeño homenaje a Bienvenido León de Francia, obra teatral emblemática de Arteón, que luego fue una película y que es un homenaje de Néstor a la época dorada del radioteatro.
Tema clave: contamos cómo trabajaste el guion, qué elementos estéticos fueron priorizados.
Como pasa con todo documental, una vez que tuve todo el material, en tiempos de estricto trabajo «home office» por la pandemia, sumadas a una serie de «codas» o desvíos del relato que Néstor me fue mandando siempre por WhatsApp de cosas que se iba acordando o bien algunas correcciones, y que fui ubicando en el tiempo narrativo, el guion apareció luego de ese acopio que es, también, la desgrabación y las sucesivas lecturas de ese texto. Y de allí, en principio, nació una escritura bastante libre de ideas-fuerza, que dieron lugar más tarde al recorte que siempre es prioritario, me refiero a escribir algunas líneas de lo que ese relato nos dejó. Yo digo que es un poco confiar en la intuición y en eso que escuchamos y también en ese algo que nos quedó latiendo en el imaginario. Y como en todo documental, el recorte es el criterio: qué queda y qué no queda, porque pensar que quede todo es lo mismo que vaciarlo de sentido, más allá de una infinidad de cosas que no están en el documental y que Néstor me contó pero que, a modo de enunciados de ideas o datos concretos, están en las locuciones o en los diálogos que el material entabla con la selección musical e incluso con los efectos sonoros y hasta con los silencios a los que no hay que temerle.
¿La condición teatral -y también cinematográfica- de Zapata fue una ventaja a la hora de estructurar este proyecto, ya que para vos, son temas muy cercanos?
Claramente. El haber estado cerca de estas últimas tres décadas de las más de cinco de trabajo que lleva Arteón, como también lo estoy de muchos otros grupos locales, en principio, me sirvió para tener la certeza de que era una historia que me estaba esperando. Había ahí algo guardado para que yo lo pensara y le diera forma a partir de la enorme generosidad de un artista que se dispuso, en cierta forma, a ofrecer los detalles de su biografía por WhatsApp. Del mismo modo, algunas herramientas linkeadas con cierto conocimiento de la historia y las anécdotas, pero también de algunos recursos de las escénicas y del cine que son propios de mi trabajo periodístico, hicieron el resto. Y me pasa algo muy singular cada vez que lo vuelvo a escuchar: sé lo que viene de memoria, pero me vuelvo a emocionar como la primera vez que se lo escuché decir a Néstor.
¿Hay algún tramo de lo relatado por Néstor Zapata que te parezca especialmente relevante?
Hay un momento en el que Néstor cuenta, casi quebrado por la tristeza, cuando le avisaron que los milicos le habían incendiado el teatro, perdiendo absolutamente todo: cámaras de filmación, vestuarios, mobiliarios. Más allá de que, con el tiempo, se rearmaron, la persecución que ejerció la última dictadura cívico-militar sobre Arteón fue tremenda: era un grupo que incomodaba, era de ruptura, iba a las villas a llevar su mensaje y su arte maravilloso. Fueron momentos muy complejos, de exilios, y eso pone al material en otro escalón porque, además, todo el tiempo se puede hacer un recorrido por la historia de los últimos cincuenta años de la ciudad y del país a través de la producción artística de un colectivo como Arteón, y esa es una puerta a la historia mucho más entrañable, más sensible, por momentos hasta casi romántica, pero no por eso menos valiosa que ofrece esta propuesta.
¿Cómo es la situación en Rosario para los creadores de radio y de podcast y cuál es rol de Radio Nacional en este panorama?
En la ciudad hay, desde hace unos pocos años, un crecimiento en la producción de contenidos dentro de lo que podríamos llamar “no tradicionales”, como es el caso del podcast o del documental, es decir contenidos que no están tan atados a la coyuntura ni se encuadran dentro de una programación estática sino dinámica. Radio Nacional tiene su espacio, como también lo tienen otras emisoras que desarrollan estos formatos, y hay un incipiente movimiento independiente de estos contenidos. Una prueba de eso fue sobre finales del año pasado la realización en la ciudad, en el Cine Público El Cairo entre otros espacios, del primer encuentro dedicado al formato podcast, el Festival Estéreo, con la presencia de más de veinte productoras locales, nacionales e internacionales, que fueron proponiendo al público una variedad de conversatorios, talleres, muestras de podcasts y experiencias sonoras en vivo muy interesantes.
Hablanos de la vinculación política y poética en Zapata.

El «diálogo entre poética y política» está en Néstor y en su creación artística desde siempre y todo hecho artístico, por acción u omisión, es un hecho político, pero en el caso de Arteón nunca le corrieron el cuerpo a eso, todo lo contrario. En los inicios, empezó a trabajar como parte del Teatro Independiente del Magisterio, luego llamado Tim Teatro, en 1965, y se dio a conocer como Grupo Organización de Arte, hasta la irrupción en 1968, ya como grupo Arteón, es decir que en este 2023 son 55 años. En Zapata todo es político: su recorrido desde los comienzos tanto en el teatro como en el cine, su paso por Buenos Aires, los cambios de sala hasta llegar al actual y emblemático espacio de Sarmiento 778, hoy en peligro de venta y demolición, su poco conocido pero revelador encuentro con Jerzy Grotowski en Córdoba a comienzos de los años 70 y cómo las palabras de ese gran maestro llevaron al grupo a un cambió estético y de lenguaje. Ya entrado el material, hay otros hallazgos, como su encuentro con el recordado Norberto Campos, creador en Rosario de grupos como Litoral y De la acción, que había llegado desde Buenos Aires como parte del Grupo Lobo y el Di Tella, pero sobre todo, la persecución de las dictaduras, la ya referida quema de la sala y la pérdida de todo, la reconstrucción, la resistencia y los emblemáticos talleres de Arteón por los que pasaron muchos de los grandes nombres del teatro rosarino del presente, hasta llegar a otro hallazgo: un 2021, año del documental, de gran expectativa por el esperado estreno de Milagro de otoño, una película que de algún modo homenajea a los artistas y a su incansable resistencia a lo largo del tiempo, y el proyecto de Los fantasmas de Arteón, un trabajo audiovisual que está ahora en pleno proceso que el gran creador pergeñó en medio de la pandemia y en el que entabla un reencuentro onírico y muy conmovedor con los personajes de todas sus obras de teatro que, paradójicamente, se resisten a que tiren abajo la sala. Eso también es parte del documental.
Hablemos de tu actual trabajo, en qué lugar te desempeñás, de tu rol periodístico, y de tus trabajos anteriores más significativos. ¿Estás en un nuevo proyecto?
En este 2023, cumplo 25 años de trabajo ininterrumpidos como periodista dedicado al teatro en el diario El Ciudadano de Rosario (elciudadanoweb.com), donde actualmente soy el jefe de la sección Espectáculos. Muchas veces me preguntan de dónde viene mi vínculo con el movimiento teatral rosarino (y el de todo el país) y me cuesta encontrar ese lugar en el tiempo, porque es algo que me lleva a mi llegada a Rosario en 1984, pero incluso viene de antes. Siento que mi paso por la carrera de Arquitectura me conectó, primero, con la idea del espacio: dimensiones, tensiones, circulaciones, cómo transitarlo. No hay mucha diferencia entre una maqueta de una obra de arquitectura y una escenográfica. Y mi interés por la literatura en general y la dramática en particular hizo el resto. Ahí hay un punto de unión, todo eso transitado desde el periodismo me convirtió en crítico o periodista teatral y con los años en un referente para la comunidad teatral local de la que soy orgullosamente parte porque acompaño en todo lo que puedo y está a mí alcance. Y otro muy importante es mi interés por el arte, pero en particular por los fenómenos vivos, y el teatro es de los últimos que nos quedan. Al mismo tiempo he recorrido otros medios y lenguajes más allá de la gráfica: desde 2011, con mi trabajo en Radio Nacional Rosario, con la realización por un par de temporadas de Puro teatro, un programa de tevé dedicado al teatro rosarino, la publicación de El espacio vacío, una revista independiente de la que fui editor y también tareas como gestor cultural, productor, jurado de muestras y festivales y coordinador de espacio de devoluciones, entre otros. El teatro es una parte muy importante de mi vida y conocer la historia de Arteón, como la de otros grupos y colectivos, me sirvió para entender el presente que me toca transitar como crítico y periodista de teatro. Me encantaría que alguien que escuche en algún momento el documental se interesara por la producción artística de este grupo. Yo conozco su historia y me parece maravillosa, pero si salgo a la calle y le pregunto a la primera persona que pasa si conoce la historia del grupo Arteón, es muy probable que no tenga ni idea de lo que le estoy hablando. De eso se trata: acortar esa brecha, y que mucha gente tenga la misma suerte que tengo yo de conocer esta historia y de disfrutar de sus películas y sus obras de teatro. En cierta forma, sigo haciendo mi trabajo de siempre: ayudar a la difusión de un arte que es tan efímero como maravilloso.
Leonardo Coire
5 / May / 2023