Revista Florencio

TV Y PLATAFORMAS. MARCELA GUERTY Y PAMELA REMENTERÍA HABLAN DE SU TRABAJO EN "SANTA EVITA"

La decisiva importancia de un guion

Tal como se suponía, el estreno de la serie Santa Evita, que tuvo de director y productor ejecutivo al cineasta colombiano Rodrigo García y en la escritura del guion a las reconocidas profesionales argentinas Marcela Guerty y Pamela Rementería, logró una gran repercusión no solo en nuestro país sino a nivel internacional. Producida por Star +, una plataforma para Latinoamérica de Disney, la serie adaptó una conocida novela homónima de Tomás Eloy Martínez, y su capacidad potencial de llegada al público alcanza a los 300 millones de personas en todo el globo. Las críticas recibieron con general beneplácito y muchos elogios a esta nueva entrega de la plataforma, que incluye también a un elenco de actores y actrices, encabezados por Natalia Oreiro en el papel de Evita, de primera línea.

Un caso diferente al de los múltiples halagos que recibió el trabajo fue la crítica del diario Clarín, que a través de su periodista de Espectáculos, Pablo Scholz, señaló distintas virtudes de la producción, pero omitió totalmente el nombre de las dos guionistas del proyecto. No es que objetó su labor, derecho que le asistía y hubiera podido ejercer, sino que simplemente las borró del mapa ignorándolas por completo, incluso en la ficha de presentación. El 26 de julio, y ante una conducta bastante reiterada de diversos medios (la de “olvidarse” de mencionar la presencia de los guionistas, sobre todo en las realizaciones audiovisuales), Argentores dio a conocer un contundente comunicado protestando por este hecho en particular, pero también por lo que ya se ha convertido en verdadero hábito.

Florencio había tenido ya una charla con ambas guionistas en un período en que la serie no estaba todavía estrenada y algunos aspectos de su producción, como es habitual antes de darse a conocer, se mantenían en reserva. Pero, aprovechando la oportunidad del estreno, su intensa resonancia en el público de muchos lugares, el espaldarazo que recibió el guion y la desagradable excepción que significó la crítica del conocido matutino argentino, se conectó nuevamente con las creadoras del libro de Santa Evita para actualizar algunas informaciones que nos interesaban conocer, entre ellas las relativas a los hechos señalados. El encuentro se produjo como la vez anterior en un bar de Medrano y Cabrera y como es habitual en las charlas con ellas, el diálogo fluyó cálido y entretenido.

Pamela Rementeria y Marcela Guerty

La serie tuvo muy buena repercusión y el trabajo de ustedes también. Solo se produjo acá ese comentario desafortunado, por decirlo de una forma suave, de Clarín, cuyo periodista omitió por completo el nombre de ustedes.

Marcela Guerty: Si, un episodio lamentable, porque la veladura total de nuestra participación en la serie que genera ese periodista al no nombrarnos en ningún lugar de la nota, ni siquiera en la ficha de presentación, no solo oculta algo que debió registrar, sino que está a contrapelo del espacio de absoluta visibilidad que nos dio la empresa al decidir y remarcar que éramos parte importante del proyecto. Y en la permanente mención de nuestros nombres en todos los eventos y en la difusión de la serie, que es, en rigor, como debería ser siempre.

Pamela Rementeria: En la mayoría de las menciones a nuestro trabajo se lo destacó no como un aporte técnico sino una verdadera contribución a la calidad artística de la serie. Esto se subrayó en muchas notas que nos hicieron acá, en otros medios locales, y en el extranjero. De modo que si no aparecimos en la nota mencionada, en contraste salimos en un montón de otras notas, como dijimos tanto acá como en afuera del país.

Estuvieron viajando en estos meses. ¿Adónde fueron?

Marcela Guerty

Guerty: Estuvimos en Francia, en un festival que se llama Series-Series, al que nos invitaron para presentar Santa Evita y exhibir uno de sus capítulos. Y allí hubo un encuentro con periodistas e invitados especiales donde se habló de los distintos aspectos y valores de la serie, los motivos que movieron a hacerla y otros temas. Fue súper interesante. Allí hablamos nosotras y los protagonistas, Natalia Oreiro, Ernesto Alterio, Francesc Orella, y Alejandro Maci, uno de los directores de la serie.

Rementería: Y allí también dimos entrevistas a medios extranjeros, porque la trama que desarrolla la serie era desconocida para mucha gente y varios de los que nos entrevistaban preguntaban por algo que los sorprendía: el hecho de que un cuerpo sin vida pudiera ser manipulado de esa manera, que se lo hubiera raptado y mantenido sin sepultura y desaparecido durante mucho tiempo, sobre todo siendo el cuerpo de una figura tan emblemática y trascendente en nuestro país, como fue Eva Perón.

Guerty: En esa reunión de Francia, se comentaba también el hecho de que la serie fue un estreno global, que se estrenó en el mismo momento en todo el mundo. Lo que significó proyectarla en 30 idiomas y llegar a 300 millones de espectadores suscriptos a la plataforma que la producía. Una magnitud realmente difícil de imaginar.

Rementería: Y en todos esos contactos con la prensa, se nos trató siempre de acuerdo a la importancia que revestía ser las autoras del guión de la serie. Una actitud totalmente diferente a la que mencionamos antes.

Guerty: Y si bien es verdad que en general el autor es bastante invisibilizado en los medios, conducta digna de ser criticada y señalada, hay que decir que éste no fue el caso, salvo el episodio al que aludimos. Y recuerdo que en los comentarios se subrayó mucho la virtud que tenía la serie para proyectarse bien internacionalmente, por el policial que es y el hecho de tratarse de Evita, pero también por lo que cuenta y la manera en que lo hace. Me parece que si bien narra una historia argentina, tiene ese potencial de interesar y atrapar al espectador en todo el mundo.

Rementería: Tengo amigos que viven en distintos países del mundo y que me han llamado para decirme que la están viendo. Es como un hecho impensado lo que sucedió.

Y es verdad que la serie no solo habla de una figura como Evita, sino aborda ese hecho tenebroso que fue la desaparición por muchos años de su cadáver.

Guerty: Y es ese hecho de la desaparición de su cadáver, como decía Pamela, lo que constituya ya en sí mismo una locura, un hecho espeluznante que difícilmente puede dejar de llamar la atención a alguien. Evita, además, fue una figura muy significativa, de personalidad muy fuerte y magnética. Hace pocos días mostraron en la televisión pública el documental de los 16 días del sepelio de Evita, que compaginó el director Luis César Amadori, que fue marido de la actriz Zully Moreno. Y las imágenes son fascinantes, muchas las habíamos visto, otras no. Y no podes dejar de ver la infinidad de mujeres que desfilan por esos días para verla, sus rostros acongojados, su dolor.

En estas series se suele trabajar con distintas personas que supervisan el trabajo. ¿Fue así?

Guerty: En este proyecto, como Rodrigo García fue el director y productor ejecutivo de esta serie, la cabeza de ella, él se encargaba de manejar la devolución del contenido. Y también de vincularse con un equipo que le sugería cosas y que era muy ágil, despierto y con mucho conocimiento de lo que debía hacer.

Pamela Rementería

Rementería: Y trabajar directamente con Rodrigo desde el principio nos allanó el camino, lo hizo más claro y sencillo. Llegamos con casi todos los capítulos escritos a la instancia de producción, al primer achique de producción con una serie casi montada. Obviamente, luego hubo que hacer varias reescrituras por razones imputables a la pandemia, a la necesidad de tomar mayores recaudos sanitarios. Circunstancia que exigió modificar las formas del trabajo, filmar con la gente adentro de un estudio. Pero influyó también en los cambios el afán de filmar una serie que tuviera profundidad y una muy buena factura, con sutilezas. Además, y como un hecho que suele suceder, hubo modificaciones por razones de orden presupuestario. Nuestro trabajo duró de noviembre de 2018 a enero de 2021.

Guerty: Diría en síntesis, que sí, que se trabajó mucho, pero también hay que tener en cuenta que era un proyecto mega, que además partía de una novela-mega. Primero hicimos una estructura, y luego hubo un momento en que debimos modificarla porque había una línea que no funcionaba en el modo en que se estaba haciendo. El objetivo era que la narración funcionara bien y para eso se debió sacar uno de los capítulos que conforman la serie, que finalmente quedaron en siete. Además, trabajar aún durante la existencia de la pandemia fue también delirante. La filmación sola duró unos cuatro meses y asistimos a ella unas cuatro veces, y en cada ocasión que íbamos había que someterse a los hisopados. Yo, una de las veces en que fui para actuar, debido a que tuve un papel en la propia serie haciendo de la mujer del personaje de Moori Koening, debí formar parte como los demás de una cola para hisoparnos y de ahí pasé a maquillaje. Y eso sonaba raro porque una iba a trabajar, pero podía pasar que diera positivo y hubiera que volverse a casa.

¿Te sentiste extraña Marcela al actuar y teniendo que transitar como intérprete algún pasaje del guion que habías escrito?

Guerty: Sí, a veces es raro, porque una escribe una escena y luego al tener que abordarla como actriz se encuentra con complicaciones que no imaginó cuando lo plasmó en la computadora. Por ejemplo, tener que tirar un vaso de leche, como ocurre en la serie con mi personaje, y descubrir de pronto que, lo que parecía una acción simple, se vuelve complicada, porque hay que llevarla a cabo de determinada manera, con mucha precaución para no mojar a la cámara o lastimar a la nena que hacía de mi hija en la ficción y estaba cerca. Esas y otras advertencias. Y entonces una piensa: no se me hubiera ocurrido nunca que esta acción podía traer tantas complicaciones. Una anécdota graciosa: el director de fotografía, viéndome en esa situación, recuerdo que se me acercó y me dijo en tono de broma: “Pero qué complicados son los autores, las cosas que piden.” Y otra cosa que también me pasó durante el casting, es que la directora me dijo que el texto que debía decir sería el mismo, pero que ella lo había pensado desde otro lugar. Y pensé que extraordinario como una misma cosa, un mismo texto puede ser distinto al someterse a la mirada de otro. Y además en esta serie se disfrutaba de la riqueza de estar en el set viendo a los actores en plena acción, observar que grado de sintonía fina lograban los intérpretes que intervinieron, realmente buenos, como fue el caso de Natalia Oreiro, que está increíble, o Ernesto Alterio. El nivel general de las actuaciones es excelente.

El trabajo de Ernesto Alterio se ha elogiado mucho.

Rementería: Sí, está muy bien, creo que a alguna gente se les va a helar la sangre cuando lo vea. A mí me parece que en esa caracterización, él supo reflejar una veta de lo argentino y de la historia de este país que es muy complicada y que se te viene encima con ese personaje, que te hace recordar algo de ese pasado siniestro que vivimos. Es muy fuerte.

Ernesto Alterio, Marcela Guerty, Pamela Rementería y Francesc Orella en la presentación de «Santa Evita»

Guerty: Sí acá es como una conjunción de varios factores, la actuación, la dirección, el texto, la luz y el arte, los vestuarios que logra Beatriz Di Benedetto, son impresionantes. Además, hay algo en el audiovisual que es muy fuerte, que en el libro también está, pero que al pasar al audiovisual cobra una dimensión muy grande: el cuerpo. Su visión es muy potente, diría que escalofriante. Su viaje por distintos lugares, sus duplicaciones, el manoseo al que es sometido, todo eso es tremendo. Pero, cuando ves a ese cuerpo, que está tratado como un personaje más –atributo del guion-, en imagen tridimensional, su visión es realmente conmovedora, te sacude. El cuerpo de Evita está ahí. Se produce una cantidad de emociones que no están contempladas en la seguridad de la lectura o en la seguridad del guion en un punto también.

Rementería: Si, yo la vi y no pude dejar de verla, hay algo que te atrapa realmente.

Me comentaron también que la familia de Tomas Eloy Martínez, el autor de la novela Santa Evita, estaba muy conforme con la serie y la adaptación de ustedes.

Guerty: Sí, algunos de los hijos a los que pudimos conocer, reconocieron que lo que habíamos escrito reflejaba muy bien el espíritu de la novela de su padre, que les gustaba mucho Y eso nos confortó y nos hizo muy felices.

Rementería: Además refleja lo que es el respeto al trabajo del autor y todo lo que conlleva su labor al hacer una adaptación, que es difícil, sobre todo porque se trata de dos lenguajes distintos, y a menudo provoca disconformidades entre los guionistas y los creadores del libro original o sus parientes. Blas, uno de los hijos, que trabajó en el proyecto, aunque no tuvo contacto con nosotras, expresó mucha conformidad por cómo habíamos armado la estructura dramática de la serie.

Guerty: Es que puede haber diferentes líneas en la forma de contar una historia. Tomas Eloy Martínez eligió la suya y la escribió a su manera. Y después puede haber adaptaciones distintas de lo que él escribió, El grupo humano que acometió esta serie siguió la propia, partiendo desde ya de lo que había escrito el creador, pero dejando de lado ciertos tramos de la novela y poniendo más el acento en algunos aspectos más que en otros.

¿Están escribiendo algo después de esto?

Rementería: Sí, estamos escribiendo algo para Disney, pero no podemos adelantar nada. Cuando se termine hablamos de nuevo, pero les adelantamos que estamos refelices, porque haber trabajado en esta serie es algo que no imaginábamos. Fue otra cosa. Creo que la posibilidad de trabajar, como lo hicimos, en una historia tan argentina, con un personaje como Evita, y con una producción así, no será fácil repetirlo, aunque nunca se sabe. Pero haber transitado esta experiencia fue extraordinario y nos sentimos muy agradecidas. En gran parte se lo debemos a Rodrigo García que, cuando decidió ponerse al frente de este proyecto, pensó en que un tema de esa naturaleza debían escribirlo mujeres.


4 / Nov / 2022