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Ida y Vuelta Nº 595


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Argentores Federal

El Secretario de la entidad Guillermo Hardwick visitó Chaco, Corrientes, Misiones y Córdoba

AVANZA EL PLAN FEDERAL DE ARGENTORES 

El Noreste, muy cerca

En el marco del proyecto Argentores Federal el Secretario de la entidad, Guillermo Hardwick, continúa su recorrido por las provincias con la finalidad de establecer contacto directo con los autores de todo el país. 

Recientemente visitó las provincias de Chaco, Corrientes y Misiones, donde se reunió con creadores y funcionarios culturales. Entre otros temas, el Secretario acordó fortalecer el acercamiento entre Argentores y los creativos regionales estimulando la actividad autoral mediante la implementación de talleres y concursos de dramaturgia y guion de radio, cine y TV. Uno de los temas principales del viaje fue la creación de una nueva Delegación Cultural para la región que tendrá asiento en Posadas. Para ello, se convocó a autores misioneros de todos los rubros para informarlos sobre esta iniciativa y para que los interesados envíen sus currículas, tal como se ha hecho en las designaciones anteriores. De esa forma, se designará a un autor local, residente en Posadas, para trabajar en colaboración directa con la representante regional, la autora Gladys Gómez, en la atención de los guionistas y dramaturgos de la región y la coordinación de concursos y talleres de dramaturgia, ficción radial y audiovisual. También se avanzó en la propuesta de concretar un convenio con el Instituto de Cultura provincial para lanzar a corto plazo en la Casa de las Culturas de la ciudad de Resistencia master class de guión documental y ficción, de dramaturgia y de guión radial a cargo de reconocidos autores de nuestra entidad.


Hardwick, junto a Gladys Gómez, representante  zonal de Argentores y el Presidente del Instituto de Cultura de la Pcia. del Chaco, Héctor Bernabé. 


Encuentro con dramaturgos de Resistencia.


El Secretario de la entidad, junto a autores correntinos. 


Hardwick, con jóvenes guionistas de Misiones.

Visita a la “Docta”: aire de novedades

Luego de estar en las provincias del noreste, Guillermo Hardwick,  Secretario de la entidad, visitó el Centro Cultural Argentores Córdoba para asistir a un encuentro, coordinado por el delegado cultural Gonzalo Marull, con los alumnos locales del taller de radioteatro que dicta el Prof. Juan Pablo Córdoba desde los cursos on line que organiza el Depto. Cultura. Precisamente resultó muy gratificante escuchar los comentarios y las vivencias de los integrantes del curso quienes expresaron la grata sorpresa de haber disfrutado conocer la técnica del guion de radio y haber descubierto el mundo de los sonidos y la ficción aplicados en la dramaturgia. 

También señalaron la importancia de continuar con talleres y clases presenciales de ficción radial para especializarse y así poder darle continuidad a un rubro emblemático como el radioteatro que en Córdoba, y especialmente en el interior provincial, sería bien recibido.

En esa dirección y de acuerdo a la programación del Plan Argentores Federal, el itinerario continuó con la visita al Cine Club Municipal de Córdoba para reunirse, junto a Gonzalo Marull, con la Directora de Emprendimientos Creativos de la Secretaría de Cultura del Municipio de Córdoba, Cecilia Salguero.

Los motivo fueron múltiples y auspiciosos a la vez para cimentar los vínculos que ya son una realidad entre Argentores y la Secretaria de Cultura de la capital cordobesa: por una parte, contar con el apoyo de esa Secretaría para la concreción del proyecto “Radioteatro para aplaudir” con la misión de llegar, el próximo año, a todos los rincones del territorio provincial a través de las radios zonales, con emisiones íntegramente producidas en Córdoba, abriendo la convocatoria a todos los interesados en participar en el concurso de guiones radiales de ficción.

Y además, para organizar la coordinación de la visita que realizarán próximamente a esa ciudad los prestigiosos autores Jorge Maestro y Sergio Vainman para dictar allí una master class sobre ficción audiovisual.  

En tal sentido, se consideraron todos los detalles para que los cordobeses, autores, directores, productores y estudiantes de carreras de Comunicación Social, puedan disfrutar de una experiencia provechosa a través del recorrido autoral de esta dupla notable, creadora de éxitos inolvidables de la televisión argentina.


El Secretario, junto a los alumnos del taller online.


Los alumnos del taller de radioteatro, entre Hardwick y Marull.


Directora de Emprendimientos  Creativos de la Secretaría de Cultura del Municipio de Córdoba, Cecilia Salguero, flanqueada por el Delegado Cultural en Córdoba y el Secretario de Argentores.


La entidad / Institucional

Gran Premio de Honor Televisión  ´2017: Jorge Maestro  y Sergio Vainman

PREMIOS ARGENTORES A LA PRODUCCIÓN ´2016

SOCIOS BODAS DE ORO

Oscar Araiz 
Agustín Busefi
Roberto Castro
Margarita Ingeborg
Ramón Landajo
Carlos Luzietti
Santiago Palazzo
Maria Cristina Verrier
Alberto Wainer
Canela

PREMIO FEDERAL HUGO SACCOCCIA

Nuevas Líneas, Asociación de Guionistas de San Luís

DISTINCION ESPECIAL

Juan Carr

Silvio Coiozzi

Dra. Clara Rojas

PREMIOS ARGENTORES A LA PRODUCCIÓN 2016

TEATRO

Jurado: Martín Bianchedi, Milena Plebs, Héctor Puyó, Pablo Albarello y Adrián Blanco

Distinción: 

Mecha Fernandez

 

Teatro Para Adultos:

Ricardo Halac por La lista.

 

Teatro para público infantil:

María Inés Falconi por Tengo a mi abuelo en el ropero

 

Teatro Musical:

Leonardo Nápoli y María Prado por  Homero, el color de la sudestada

 

Coreografía:

Dana Frigoli por Dos, lo que se disuelve

 

Música original:

Juan Ignacio López por Rufianes

 

RADIO

  

Jurado: Mona Moncalvillo, Rubén Stella  y  Edda Díaz

Glosas:

Bebe Ponti por El Programa de Bebe Ponti

Sketch:

Ignacio Buliàn y Francisco Mues Camaña (Pesky) por  El resumen de Mariano Closs

Microprogramas:

Adrián Stoppelman por Micros de humor

Teatro en Radio. Adaptación:

Paola Lavín por La dama de las camelias, de Alejandro Dumas

Documental: Kitty Hallan por Las historias son parte de la vida

Radioteatro unitario: María Mercedes Di Benedetto por Memoria de los trenes

Radioteatro en capítulos: Alejandro Dongiovanni por El radioteatro de los Rivarola

Distinciones:

Alejandro Dolina

Radio Nacional

CINE

Jurado: Lucía Puenzo, María Victoria Meniz y Alejandro Fernández Moujan

Guión Original:

Ariel Rotter, por La luz incidente

Guión Adaptado: Andrea Testa y Francisco Márquez  por La larga noche de  Francisco Sanctis, sobre libro homónimo de Humberto Costantini

Guión Documental: Andrés Habegger por El (im)posible olvido

Distinción:

Adolfo Aristaraín

TELEVISIÓN

Jurado: Diana Álvarez, Luis Pedro Toni y Jorge Mordkowicz (Maestro)

Telenovela episódica: Pablo Lago, Susana Patricia Cardozo, Adriana Lorenzón, Sol Levinton, Gabriel Alejandro Patolsky y Javier Rozenwasser por La leona

Unitario: Guillermo Salmerón, Adrián Caetano, Silvia Edith Olschansky y Nicolás Alejandro Marina  por El marginal

Documental: Christian Gaspar Remoli, Ariel Scher, Gustavo Rubén Dejtiar por 1986, La historia detrás de la copa

Microprograma: Martín Campilongo, Hugo Carlos Fili, Hernán Diego Ferreiros y Miguel Gruskoin por Noti Campi

Distinción:

Marcia Cerretani

GRAN PREMIO DE HONOR TELEVISIÓN 2017:

Jorge Maestro  y Sergio Vainman

Fotos de ambos, tomada por Magdalena Viggiani.

Tapa del libro donde cuentan su historia creativa.


“Los machos”, otro impacto escrito por M&V.


Elenco de “la banda del Golden Rocket”; a principios de los noventa, el ciclo fue un suceso.


“Montaña rusa”, trampolín para las carreras de Dupláa y  Pauls.

Esto escribían en el diario Tiempo Argentino, en febrero 

“LO QUE INTERESA ES QUE LA HISTORIA SEA ATRACTIVA Y QUE ENTRETENGA”

“La profesión de contar. Les vamos a contar un pequeño cuento porque esa es precisamente nuestra profesión: contar. No sabemos si es verdad o no y tampoco importa demasiado. Lo que interesa es que la historia sea atractiva y los entretenga, librándolos de la idea de tener que soportar un ensayo erudito.

Había una vez… hace muchos años, cuando a nadie se le había ocurrido la idea de comunicarse a través del aire y los pueblos no conocían la existencia ni las propiedades de la electricidad, en las grandes manufacturas tabacaleras, mujeres que enrollaban las doradas hojas de tabaco sobre sus piernas para fabricar los famosos cigarros puros.

Era un trabajo mecánico que, por ese mismo automatismo de movimientos, les permitía hablar todo el tiempo entre ellas y eso provocaba distracciones permanentes que ponían en peligro la calidad de la mercadería. Además, por la forma de pago diaria y el escaso interés de las obreras por su futuro en la industria, tenía un nivel de asistencia irregular, caprichoso, que generaba inseguridad y muchas veces fallas en las entregas.

Para evitarlo, algún patrón inteligente concibió la idea de contratar a un narrador, un contador de cuentos que, sentado en la silla más alta del recinto, las entretenía relatándoles historias de amores contrariados, de traiciones terribles, de héroes adorables que salvaban a la pobre muchacha del villano en el momento oportuno. Usando palabras comunes, tejía armoniosamente tramas que despertaban el interés de un auditorio muy difícil, hasta convertirse en centro absoluto de la atención: a los pocos minutos solo se escuchaba en las barracas el ruido leve del tabaco enrollándose y la voz del narrador, contando. Y para que esas mujeres, además de entretenerse durante su jornada laboral, tuviesen la motivación de volver al día siguiente, ese hombre que las seducía a través de la palabra —sensible y astutamente— interrumpía la narración en el preciso instante en que algo tremendo estaba por suceder y retomaba el hilo recién al otro día.

Las fábricas rivales se disputaban entre ellas por los mejores narradores, aquellos que captaban con más profundidad los sueños y esperanzas de esas mujeres sencillas, sus fantasías más ocultas y se las devolvían convertidas en relatos cargados de pasión. Cuanto mejores eran las historias, mayor era el porcentaje de asistencia diaria y suponemos que también serían mejores los cigarros que se encerraban en las pequeñas cajas de madera.

Pasaron los años y de pronto, como resultado de una magia incomprensible, alguien pudo ver en un extraño aparato, sentado en su casa, lo que estaba ocurriendo en otra parte. Llegó la televisión y cambió la vida de todo el mundo, cambiaron los hábitos, los horarios, la manera de entretenerse y, como producto de la novedad y la absoluta escasez de obras para ese medio de comunicación revolucionario, fue necesario crear una nueva forma de contar historias para esa visita que sin tocar el timbre empezó a entrar en las casas y en pocos años se convirtió en un miembro más de todas las familias. Este crecimiento insospechado demandó cada vez más y más producción, más obras en pantalla. Y como no hay producción posible sin alguien que desarrolle una idea y la convierta en obra, nacimos los autores de televisión.

Hoy reinventados nuevamente los medios de comunicación, modernizados los sistemas de producción, transformado el mundo casi por completo en pocas décadas, se mantiene sin embargo el mismo oficio. Hemos cambiado la silla alta de aquel narrador tabacalero por la computadora, la electrónica ha reemplazado a la presencia física, los mensajes atraviesan océanos en apenas segundos, pero hay algo que no ha cambiado: todavía existimos los contadores de historias. Y aunque estemos auxiliados por cantidades increíbles de tecnología que minuto a minuto se superan; rodeados de satélites y antenas retransmisoras; navegando digitalizados en internet y recibiendo correos de ciudades que escapan a nuestra imaginación; seguimos mirando con ojos humanos a nuestro alrededor en el afán por descubrir una anécdota interesante que se pueda transformar en cuento. Volvemos a preguntarnos con qué sueñan los otros, qué fantasías esconden en su alma, y combinamos artesanalmente estos ingredientes en historias más o menos simples, que repiten día tras día nuestras obsesiones y deseos, desnudan ante el público nuestros fantasmas y monstruos ocultos, y delatan nuestros amores.

Ya no ayudamos a producir cigarros solamente: también contribuimos con nuestras telenovelas, teleteatros y miniseries a vender detergentes poderosos y tarjetas de crédito elegantes. Por algo será que todo cambió menos esto. El pragmatismo diría que todavía somos útiles. Nuestra experiencia nos lleva a pensar que somos necesarios porque, mal que les pese a muchos, sin autor no hay obra.

Y si pudiéramos desnudarnos de verdad y abrir el corazón, quizás nos atreveríamos a decir que para nosotros, antes que un oficio, escribir es la manera que tenemos de enfrentar la vida; una necesidad impostergable; el amor a primera vista con la palabra que se convirtió después en profesión; la explosión cotidiana de una catarata de voces que se empujan por salir, peleándose entre ellas por ser la que primero y mejor pinte estados de ánimo, sensaciones, emoción guardada.

Y confesaríamos también que, en el momento mismo de contar, todo lo demás desaparece. Nuestros demonios y nuestros ángeles se adueñan de los mundos que inventamos y borran la realidad por un rato. Nos rendimos ante ellos, los dejamos hacer, renunciamos a la cordura, si alguna vez la tuvimos. Las palabras se ordenan al correr de la mano como por arte de magia, caminan libres por el teclado con movimientos acompasados, marcan un repiqueteo que parece de juguete y eso nos produce un enorme placer. Fluyen rápidas, decididas, contundentes, como notas de una sinfonía que intenta reflejar ante el público –ese que en televisión nunca vemos personalmente y al que solo conocemos por estadísticas frías— un pedacito de lo que somos y queremos.

En ese momento mágico no importa si se venden detergentes o se fabrican cigarros, porque en el medio de dos tandas publicitarias, aspirando a ser humildes testigos del tiempo que nos tocó vivir y devolverlo en forma de relato entretenido, como herederos de aquellos sensibles y astutos narradores, estamos nosotros, los que contamos historias.

Cuarenta años escribiendo

Cuando un autor construye un personaje, utiliza varios recursos. Su necesidad dramática, su motivación, su metodología para resolver problemas, su paradoja y, entre otras cosas, su backstory. Es decir la historia previa que solo el autor conoce, y que no tiene por qué saber el público. Nuestro personaje se llama Maestro y Vainman. Es un personaje múltiple, que tiene una sola función, dos caras y una historia en común. Su backstory se remonta a 1964. Terminada la escuela primaria, entramos a la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta para seguir la carrera de maestro. Ese lugar que fue tierra de estudio para otros escritores como Julio Cortázar, Abel Santa Cruz, Juan José Sebreli, Leopoldo Marechal, Fermín Estrella Gutiérrez y Enrique Santos Discépolo, tenía una mística especial en los sesenta. Nosotros, Maestro y Vainman (o Jorge Mordkowicz y Sergio Vainman en ese entonces), íbamos a ser parte de la anteúltima promoción de maestros de escuela primaria egresados de una institución de enseñanza media a los diecisiete años.

Allí se sembró el embrión de lo que sería nuestra carrera profesional como autores de televisión. Cuarto y quinto año nos encontró vinculados de diferentes maneras con el teatro. El estímulo en la escuela era variado y las reuniones de fines de semana entre amigos nos encontraban leyendo o haciendo teatro y música de manera aficionada. Terminada la escuela, comenzamos a transitar el teatro independiente creando espectáculos para niños. 

Carlos Calvo, Raúl Rizzo, Rita Terranova, Ángeles Alonso, Juan Leyrado, Marta López Pardo, Daniel Ceriotti, entre otros, eran los compañeros actores con los que compartíamos la aventura de montar un espectáculo, y cada fin de semana ponerlo en escena, con la única motivación de hacerlo y entretener al público infantil.

Pasamos por el Teatro Payró, el Teatro del Centro, el IFT, el Theatron, el Teatro de la Cova y otros más. Vino un poco de distancia, tiempos políticos difíciles para los jóvenes en los setenta, estudios interrumpidos en la universidad, hijos y un reencuentro en 1980 que nos llevó a conformar la dupla que muchos, durante mucho tiempo, creían que conformaba el apellido compuesto de una sola persona. Y como autores a lo largo de 35 años de escribir obras ininterrumpidas para la televisión lo somos. Con intervalos, distancias y reencuentros, seguimos unidos con la misma manera de pensar el espectáculo como en los comienzos. Nada cambió en nuestra opinión respecto de la televisión, de la profesión como autores, aunque obviamente el tiempo y la experiencia nos hayan enriquecido.

La idea de este libro surgió motivada por la necesidad de pasar la posta. Nosotros tuvimos la fortuna de tener referentes que nos antecedieron como Abel Santa Cruz, Hugo Moser o Alberto Migré. Sabemos que hoy eso resulta más difícil para los autores jóvenes. La proliferación de carreras universitarias y terciarias vinculadas con el guion son un gran aporte metodológico para esta profesión, pero lo más importante no está allí. Está en el conocimiento adquirido —como nos sucedió a nosotros— como aprendices de hechiceros conociendo la mecánica para elaborar el elixir que seduzca al espectador, que lo atrape, que lo tenga “entre” una ocupación y otra. Que lo entretenga con esa alquimia. Los que lean el libro con curiosidad seguramente se encontrarán con programas que marcan alguna etapa de sus vidas, los próximos autores que comprendan que la mejor manera de escribir es escribiendo, equivocándose, y viendo y leyendo todas las obras posibles escritas por sus antecesores.

Decidimos escribir este libro basado en nuestra carrera, con anécdotas y cierta memorabilia, porque pensamos que investigadores y periodistas han escrito una variopinta cantidad de libros biográficos y no tanto dedicados a actores, actrices y directores del espectáculo nacional, pero no tenemos conocimiento de libros dedicados a recorrer la trayectoria de los autores del cine y la televisión. Seguramente porque nuestra profesión no entra en el rubro de la fama que, aunque sea puro cuento, no deja de despertar interés. Para la mayoría del público, el autor no es una figura que llame la atención. Eso no está ni mal ni bien. Es así y ocurre desde tiempos inmemoriales y en cualquier lugar del planeta.

Pero nos parece bueno volver a recorrer nuestro camino con el público que disfrutó o padeció nuestras historias y también con los próximos autores porque, aunque la experiencia de uno es imposible que sea para otro, transmitir la propia puede hacer entender un poco más este oficio que es el mismo desde que el hombre comenzó a contar historias a su tribu, más allá de las nuevas tecnologías y de la multiplicidad de plataformas. Siempre habrá historias para contar y serán necesarios los autores que las creen. Todo lo demás es lo de siempre.

Por eso Tom Stoppard en una escena de Shakespeare enamorado pone a William esperando al productor en la puerta del teatro. El productor pasa con un inversor y cuando este le pregunta quién ese muchacho (por Shakespeare) el productor le responde: “Nadie, el autor”.

Narradores de la vida en la pantalla chica

Jorge Leonardo Mordkowicz es más conocido como Jorge Maestro. Con Sergio Vainman generaron una dupla muy prestigiosa: trabajaron juntos durante muchos años. Su mayor producción a cuatro manos se registra entre 1980 y 1997, cuando hicieron los guiones de Zona de riesgo, Montaña rusa, Clave de Sol, Amigovios, La banda del Golden Rocket, Como pan caliente, Hombre de mar, Gerente de familia y Los machos, entre otros exitosos programas de la tevé argentina. Ya en la primera década del siglo XXI, Maestro fue director de contenidos en América TV, director del departamento de guionistas de telenovelas de Canal 13 de Chile y creó la carrera de «Guionista de televisión» para el ISER, además de ser miembro de la junta directiva de Argentores. Vainman participó como coautor del programa Poné a Francella (2001), la telenovela mexicana Código Postal (2006) y se dedicó a la producción de contenidos de diversos reality shows, como los dos primeros ciclos locales de Gran Hermano y luego en diversos países de Latinoamérica.

La entidad / Actividad de los Consejos


El Consejo Profesional de Radio entregará reconocimientos a la trayectoria y la labor radiofónica 

LOS GALARDONES SUSINI, EL 28 DE AGOSTO

En esta oportunidad, recibirán su galardón (réplica del micrófono que Enrique Telémaco Susini utilizara el 27 de agosto de 1920 durante la primera transmisión desde la terraza del Teatro Coliseo) Rina Morán, Radio Cut, Natalia Modigliani y Julieta Felicioni (Ushuaia), Juan Carlos Del Missier, Marcos Zulián (Chubut), Viviana Salomón, Claudio María Domínguez, Martín “Jota” Jáuregui, Guillermo Stronati y Graciela Borges.

Domínguez, Stronati y Radio de la Ciudad, premiados.

También recibirán una plaqueta con la Distinción Susini Radio Ahijuna 94.7 (Bernal, Pdo. De Quilmes) y la Once Diez, Radio de la Ciudad.

El diploma Susini será otorgado a los trabajadores de Radio del Plata en solidaridad con su lucha en momentos en que las emisoras nacionales atraviesan un tiempo de gran incertidumbre.

La apertura de la entrega estará a cargo de Mabel Loisi, actual presidente del Consejo y Mona Moncalvillo llevará adelante la conducción de la ceremonia. 

La cita será el lunes 28 de agosto a las 19.30 en el auditorio de la entidad. 


Valioso aporte del Consejo Profesional de Radio que recuerda hitos del género

AGOSTO EN EL RADIOTEATRO NACIONAL 

1934: Historias para todos los gustos

La revista El alma que canta en su ejemplar del 7 de agosto de 1934 ostenta en su tapa la fotografía de una dramática escena de Una luz en las tinieblas, novela de Arsenio Mármol, éxito de LR3. En su contratapa, dos ilustraciones de Estampas Porteñas, en las que aparecen María Luisa Notar, Máximo Orsi y Herminia Velich. Otros radioteatros mencionados en la misma revista: Las aventuras de Rocambole, que acababa de reemplazar a El Puñal de la Mazorca por LR3, mientras que el citado Puñal , obra de Orofino, Zucchi y Ortega Sanz, era propalado por LR10 Radio Cultura, con el mismo horario (de 16.30 a 17).

1937: el oro y el indio, blancos

En agosto de 1937, Eva Duarte es contratada por LR3 Radio Belgrano para participar en el radioteatro Oro Blanco de Manuel Ferradás Campos., y en LS2 Radio Prieto actúa la compañía dirigida por el primer actor y excelente barítono Don Joaquín Pibernat. Paralelamente, de lunes a sábado a las 18.30 por Radio Argentina, se presenta El Indio Blanco con la cancionista y actriz Herminia Velich. Para entonces, las revistas como Caras y Caretas ya tenían su sección fija para las noticias referidas al medio radial y su programación.

2000: la evocación de San Juan

En San Juan, el radioteatro fue conocido por el nombre de “Radionovela”, o simple y llanamente, “la novela”. 

Para 1945, Elcira Olivera Garcés y Arnaldo Maciel encabezaban una compañía que emitía por LV1 la obra “El infierno verde”, sobre la vida en los yerbatales misioneros. Nombres del radioteatro por esos lares cuyanos fueron Sarita Valle, Oscar Coria, Alberto Vallejos, Raúl Quintana, Luisa Pringles, Santo Domingo Vallejos, Oscar Donaide, Ernestina Romero, Santo Quinteros, Raimundo Delgado. Los elencos, por supuesto, también salían de gira por los departamentos y barrios de San Juan, y aún son recordadas por el público las representaciones de “El León de Francia” (de Roberto Valenti y Adalberto Campos) o “La Felisa Tolosa” (de Jorge Darío Bence) entre otras. Para agosto de 2000 se realizó una evocación del radioteatro en la que participaron algunos  de aquellos actores de la época de oro sanjuanina.


El director y guionista de “La luz incidente” dialogó con Alberto Catena tras la proyección del film

CON LA VISITA DE ARIEL ROTTER CONCLUYO “MATINE EN ARGENTORES”


Periodista e invitado, durante el encuentro.


Muy atento el público que presenció la película protagonizada por Erica Rivas. Fotos: Magdalena Viggiani.

El ciclo “Matiné en Argentores” finalizó el jueves 27 de julio, en el Anexo, con la  visita de Ariel Rotter, director y guionista de “La luz incidente”, flamante ganador del Premio Argentores 2017 al Mejor Guión Original, quien dialogó con el periodista Alberto Catena tras la proyección de la película.  Recordamos que, organizada por Argentores a través de su Comisión de Cultura, la propuesta se efectuó con gran convocatoria durante los meses de junio y julio, con el objetivo de dar a conocer la tarea del guionista cinematográfico. 


Información Cultural

El 11 de agosto continúa “El buen guión” en el Anexo

LA GUIONISTA LILIANA ESCLIAR, EN EL CICLO DE CLASES MAGISTRALES CON AUTORES DE TELEVISION Y CINE

Como sabemos, con la intención de valorizar e impulsar el rol del autor audiovisual, la Comisión de Cultura de Argentores propone un ciclo de clases magistrales con destacados autores de televisión y cine. La idea es interiorizarse en el proceso de escritura de los guiones audiovisuales,  dado que generalmente estos autores quedan eclipsados por el producto final. Estas clases están bajo la coordinación de Adriana Schottlender, quien desde 2008 lleva a cabo la tarea de difundir el rol del autor audiovisual en este tipo de actividad.  Se ofrecen el segundo viernes de cada mes entre las 17 y las 19. Es necesario inscribirse previamente. Las vacantes son limitadas. Las clases se dictarán en el Anexo Placido Donato, Juncal 1825.

Para inscribirse mandar el mail a  cursos@argentores.org.ar 

El viernes 11 de agosto la clase magistral será dictada por Liliana Escliar, quien es guionista de cine y TV, escritora, periodista, autora de teatro. 

Escliar es la guionista de la versión argentina de “Cuéntame cómo pasó” (formato original de España) a estrenarse en la TV pública en agosto. Invirtió el tradicional camino de las adaptaciones literarias y publicó un libro basado en una de sus series de televisión. A partir del guión de «Malicia», que se emitió en 2015 por la TV Pública, escribió una novela policial – “Los motivos del lobo”, sobre el origen del mal y las justificaciones de la barbarie. «Un libro siempre te da más libertad, no tiene limitaciones de producción», afirma. Escribió 3 libros de humor: “Cómo deshacerse del marido”, “Cómo resistir en la clase media” y “La máquina de sufrir”. Su primera novela, “La arquitectura de los ángeles”, recibió el Premio Planeta de Latinoamérica 2000. Junto a Marisa Grinstein fue guionista de la serie televisiva “Mujeres Asesinas”, ganando los premios Clarín 2005 al Mejor guión, Martín Fierro 2006 al Mejor guión y Martín Fierro de Oro 2006. Inicialmente prevista para 13 capítulos, la serie se extendió 4 temporadas. Asimismo, se vendió a varios países de Latinoamérica y Europa.

Series de televisión: 2017, Cuéntame cómo pasó (Argentina) / 2016, Malicia / 2015, Tango Pasión Argentina / 2010, Zenitram / 2010, Secretos de amor / 2008, Oportunidades / 2005-2008, Mujeres asesinas / 2005, El tigre escondido / 2004, Jesús, el heredero / 1996, Alta comedia. 


El país

Veinte mil espectadores para 33 obras en más de 70 funciones son “cifras que dicen que el encuentro fue una vez más un éxito que nadie puede discutir”, como apunta el periodista Roberto Schneider del diario El Litoral

FESTIVAL DE RAFAELA: CELEBRAR AL TEATRO


Fue conmovedora la interpretación de Luis Machín en “El mar de noche”.

“La posibilidad de que durante seis días una ciudad modifique su ritmo de permanente crecimiento no es frecuente en el mapa de nuestro país. Por el característico y cuidado empedrado de las calles rafaelinas, veinte mil personas -casi como hormigas- otorgaban a la ciudad un paisaje propio y bello. Las diversas salas, vecinales, clubes y la ya famosa carpa de circo instalada en la Perla del Oeste dieron cuenta, durante seis días, de un festival del que ya no sólo se apropiaron los espectadores, sino que también lo festejaron, lo disfrutaron, lo discutieron. Lo celebraron. Esa es la nota distintiva del Festival de Teatro de Rafaela: la celebración; la reunión de los espectadores decididos a disfrutar de las artes escénicas provenientes de diversas ciudades del país y también desde Uruguay, Chile y México.

A las 6 de la tarde de la jornada inaugural las calles céntricas se llenaron de música festiva y de color. La Fanfarria Ambulante de Santa Fe y su talentosa propuesta de juego de sonidos y de talento de cada uno de sus integrantes más la creatividad puesta de manifiesto por los bellos y enorme muñecos de Los Venecianos de Lincoln pusieron todo el ritmo y el color para encantar a familias enteras que acompañaron ese desfile lleno de vida y de teatralidad.

Ahí nomás y ante casi mil doscientas personas el acto inaugural con las voces de los anfitriones y los invitados para reflexionar juntos. El primero en hablar fue el director ejecutivo del Instituto Nacional del Teatro, Marcelo Allasino. “El teatro transforma a Rafaela en un gran escenario para el encuentro con las ideas, las emociones, la risa, los aplausos, el encuentro con otros que vienen de los diferentes barrios, de otras ciudades, de otros países. Una vez más nuestra ciudad -puntualizó con indisimulable orgullo- se constituye en el epicentro escénico de la Argentina y reúne a las producciones más destacadas por su calidad y su rigurosidad; una vez más confirmamos que el teatro toma a Rafaela y la convierte en su capital”.

Más adelante solicitó a los ediles rafaelinos reunir fuerzas con el fin de que “quienes nos representan en el cuerpo legislativo propongan una ordenanza que con fuerza de ley respalde la continuidad de este Festival, que este gobierno ha sabido crear y darle continuidad y que ya es parte de la identidad rafaelina… no me cansaré de pedirlo mientras tenga voz en éste y otros escenarios, porque estoy convencido de que el Festival merece trascendernos con la calidad que lo caracteriza, que lo ha colocado entre los principales festivales de Iberoamérica”.

Aquí y ahora

La ministra de Innovación y Cultura de la provincia, Chiqui González, señaló como hecho indudablemente auspicioso que la Nación, la Provincia y el Municipio también hagan los aportes necesarios para concretar el Festival. “Aquí sucede porque todos sabemos que pasa algo importante. Pasa en la calle, no hay adentro y afuera, no hay barrio y centro; hay teatro y teatritos, hay teatro de innovación y hay teatro humorístico y esperpéntico y fabuloso para niños y para adultos y para toda la familia. El ciudadano quiere ser protagonista, no sólo mirar. Y entonces corre de una sala a la otra, y la mitad de los espectáculos es gratis y todos vemos todo y a todos y vemos el mejor teatro del país y del exterior. El teatro es una vocación ciudadana, es el lugar donde los ciudadanos vienen a pensar, a reír, a emocionarse, a construir la seguridad de que están vivos y a decir seamos felices. El teatro no busca imitar la vida sino comprender de qué nervios está hecha; el teatro es felicidad, es tribu, es presente. El único lugar que es aquí y ahora; en el país de los desaparecidos, estar en cuerpo presente en una sala es una fiesta”.

El intendente Luis Castellano fue categórico al poner de relieve que “este festival es una política de Estado. Comenzó muy pequeño y la ciudad y la región  lo hicieron propio: ahora comenzamos a discutir, con ley en mano, el Area Metropolitana de Rafaela, pero este Festival es pionero en la colaboración regional al incluir a las subsedes, así como el teatro mismo fue pionero con el teatro piamontés. El Festival nos unió, nos vinculó, hizo de este territorio una región…”. Más adelante dijo que “el arte y la cultura derriban muros. Este Festival va incluyendo más gente, va sumando espacios públicos”. Entre otros agradecimientos señaló el enorme y fructífero trabajo del equipo de producción del Festival.

En su discurso Allasino tributó un sentido homenaje al gran actor rafaelino José Pepe Fanto, recientemente fallecido. “Fue el más grande actor que dirigí; alguien que decidió hacer del teatro su vida y fue inspiración para muchos”, para pedir un aplauso que se hizo pleno y profundo. Castellano mencionó entonces que “yo creo que la Escuela Municipal de Artes Escénicas de Rafaela merece llamarse José Alberto Fanto”.

Lo mejor de lo mejor

 William Shakespeare fue el autor más abordado en esta edición del Festival, con estupendos resultados. En la noche inaugural Los Carlinga ofrecieron “Shakespir Show”, una propuesta sumamente inteligente; una kermese con las obras más emblemáticas del bardo inglés. La música, puesta también en el cuerpo de los actores, fue soporte esencial. Juego y fantasía se dan la mano para entretener de la mejor manera posible. Acendrado respeto por el mejor teatro popular en una totalidad construida desde el más absoluto talento con un estallido de múltiples poéticas. Excelentes actuaciones de Nicolás Goldschimdt, Fabián Carrasco  y José Powlin.

 Dos unipersonales -tal vez el género más difícil en la creación teatral- brillaron en la noche inaugural: “Christiane. Un bio-musical científico” es la vida de Christiane Dosne Pasqualini, una figura fundamental a nivel internacional en la investigación de la leucemia.  El disparador del montaje brinda a la actriz Belén Pasqualini la posibilidad de ofrecer un trabajo actoral de magnífico resultado. Maneja cuerpo y voz de manera impecable, bajo la certera mirada del joven director Dennis Smith.

 Igualmente conmovedora es la interpretación de Luis Machín, que dicta cátedra de actuación en “El mar de noche”, un texto doloroso y poético, sumamente emocionante, de Santiago Loza, quien basa su trabajo nada menos que en “De profundis”, de Oscar Wilde, y en “La montaña mágica” de Thomas Mann, para plasmar en la escena la historia de un hombre que ha sido abandonado por el amor. El director Guillermo Cacace logra plasmar una puesta en escena rica y poética, a partir del inmenso trabajo actoral de Machín. Lenguaje teatral de primer nivel.

 Sin duda alguna una de las mejores propuestas escénicas de este Festival fue “Rauch”, una sinfonía de la fiesta. La historia es la próxima inauguración de un restaurant… en el medio de la nada. Los cuatro intérpretes son payasos que entretienen a la familia con los más genuinos recursos de clown, sin dejar de lado una historia de fuerte contenido político, en la que víctimas y victimarios construyen una perfecta simbiosis. El espectáculo, sumamente divertido, construye una crítica magnífica a esos sistemas de poder desde el humor más contundente. Altos índices de teatralidad, con gags trabajados desde la soberbia interpretación de sus actores. Fred Raposo, Cecille Caillon, Marcelo Katz y Rosina Fraschino, dirigidos por Julieta Carrera -autora asimismo del texto- se sacan chispas entre ellos; se divierten y divierten a los espectadores que los premian de la mejor manera: una larga ovación.

Desde México llegó el elenco de la Universidad Veracruzana, con “Béisbol”, de David Gaitán, integrado por actores de más de 70 años. La obra es vehículo para que la poesía y la belleza se instalen en la escena para hablar del teatro dentro del teatro. Son actores y actrices viejos que siempre tendrán cosas para decir, para demostrar una vez más que el teatro es para todos. Una totalidad con riesgo, que tiene al azar, el juego y el ego de los actores como eje dramático, con precisión excelsa en el manejo de las voces y desplazamientos perfectos del numeroso elenco.

 “Farra” es una propuesta singular basada esencialmente en el talento de sus dos actores protagonistas, Francisco Benvenuti y Andrés Garnier, que construyen una propuesta escénica sobre lo lúdico, lo bizarro, el disparate. La historia de Ana Gurvanov y Virginia Leonza trabaja de manera brillante los vínculos amorosos latentes entre dos seres que buscan el amor, provocando altas dosis de poesía teatral. Es una obra que sumerge al espectador en un mundo de ensoñación que nunca se diluye. El ritmo propuesto desde la dirección y el talento indiscutido de ambos actores son bases incuestionables de una totalidad sumamente enriquecedora.

 “Volver a Madryn” conmocionó a los espectadores que llenaron la sala en sus dos presentaciones. Rodrigo Cuesta es el autor y director de una propuesta escénica en la que se produce un incuestionable estallido de teatralidad. Quedan grabados el fuerte impacto formal de la totalidad y el excelente trabajo actoral de Ale Orlando, Hernán Sevilla e Ignacio Tamagno. El suceso narrado tiene multiplicidad de relatos. La lógica propia del cine está traspolada a la escena, en la que las sombras reinan para crear lenguaje. La repetición juega en el resultado de alta emotividad en una totalidad magnífica. El director narra una maquinaria feroz para contar una historia fascinante que interpela al espectador. Será difícil olvidar el momento en el que un personaje recuerda cómo el agua del mar se junta con el agua de la lluvia para mojar su rostro. Hay que agregar sólo la humedad de las gotas de llanto, que también nos conmueven.


Una multitud asistió a la apertura del festival.

“Los corderos”, de Daniel Veronese, es un absurdo demoledor, con una textualidad que remite a las dramaturgias de Griselda Gambaro y Tato Pavlovsky. En la escena, un lenguaje de las palabras escritas traducidas de manera contundente al lenguaje escénico a partir de un elenco sobresaliente en el que se destaca la contundente María Onetto, brillantemente acompañada por Luis Ziembrowski, Patricio Aramburu, Gonzalo Urtizberea y Flor Dysel. Una lectura singular de profunda vigencia respecto del tema de la mujer y la violencia se instala en una escena con capas que se superponen con estallido de teatralidad, con personajes de carnadura poética y riesgo orgánico. Realismo perverso e inquietante, en un teatro de la acumulación sumamente contundente, que pone en cuestionamiento mandatos sociales de clara vigencia.

“Descenso” es una aplanadora teatral de fuerza indiscutible. Altas dosis de violencia contemporánea en una historia que refuerza vínculos entre seres abandonados. Desde la dirección del espectáculo Jorge Eiro provoca a partir de una historia de desencuentros de fuerte vigencia, para poner en escena signos de teatralidad contemporánea, en el mejor sentido de estas palabras. Lo mejor: un elenco de soberbios actores entregados a la totalidad. María Hermida, Alberto Antonio Romero, Facundo Aquinos, Cristian Jensen y Facundo Livio Mejías construyen con sus trabajos una historia sumamente provocativa, con mucho de verdad.

Otra de las mejores propuestas del FTR17 fue “Las horas negras. Trilogía de Shakespeare en miniatura”, que trajo la Compañía de Teatro Microensamble, de Chile. Son tres escenas de cinco minutos para un solo espectador, con tres de los mejores monólogos shakespirianos convenientemente adaptados: Otelo, Rey Lear y Macbeth a partir de miniaturas, marionetas y figuras dentro de espacio a escala. Romina Herrera es la creadora, directora y una de las manipuladoras junto con Anai Nuñez y Samanta Pizarro. Lenguaje escénico apabullante, con explosión de sentidos. La mirada es esencial en esta propuesta de estallido poético que encuentra en los mejores textos y en una idea magnífica la razón de una poética con altas dosis de teatralidad.

“Lo único que necesita una gran actriz es una gran obra y las ganas de triunfar” arribó desde México con Vaca 35 Teatro. Basado lejanamente en “Las criadas” de Jean Genet, el espectáculo estremece a partir de la exasperación en el manejo de los cuerpos. Hay provocación en la dirección de Damián Cervantes, que encuentra en el magnífico trabajo de sus actrices sus más relevantes resultados. Diana Magallón y Mari Cruz Ruiz construyen teatralidad a partir de interpretaciones contundentes, en las que cuerpo y voz se ponen al servicio de una totalidad por muchas razones inquietante y reveladora.

“Encuentro”, de Santiago Gobernori, vino desde San Juan con toda la fuerza del talento para contar el desgarramiento de dos seres con ausencia de amor. El director Fabricio Montilla maneja con sutileza a sus dos magníficos actores: Andrea Collado y Emiliano Voira, que ofrecen dos interpretaciones para el recuerdo, a partir de una historia que pone en jaque los contradictorios sentimientos del ser humano. La propuesta conmueve con altas dosis de verdad teatral.

 “Deleite circense” fue uno de los tantos espectáculos de la Carpa de Circo del Festival. De la nutrida programación de este espacio la elegimos por la contundencia puesta de manifiesto en la elaboración de una propuesta infantil que no toma a los chicos como tontos, sino que los hace participar de juegos, malabares y risas del mejor estilo. Rudy Guemes y Tita Pipistrela encantan a los chicos con alta calidad en lo actoral y en los aspectos lúdicos de una totalidad de altos valores estéticos.” (Información extraída del diario El Litoral)


Exterior

Así despidió el crítico de La Nación Alejandro Cruz a Sam Shepard, creador múltiple, autor, director y dramaturgo destacado, quien falleció esta semana

LA SOLEDAD COMO EXPERIENCIA CENTRAL DE LA VIDA MODERNA

“El teatro contiene todo. Puede contener al cine, pero el cine no puede contener al teatro. Música, danza, pintura, actuación. Es todo […] y es la forma con la que me siento más a gusto por eso, por su capacidad de usurparlo todo», reconocía Sam Shepard hace unos años. 

A lo largo de su vida fue autor de cuarenta obras de teatro; a los 30 años, ya había escrito más de 30. 

Tenía apenas 36 años cuando recibió el Pulitzer por Buried Child. Otras dos piezas suyas, True West y Fool for Love, fueron nominadas en dos ocasiones más a este galardón. 

En los ochenta era el dramaturgo más representado en los Estados Unidos tras Tennesse Williams. 

Recibió la Medalla de Oro de la Academia de las Artes y las Letras, en 1992, y dos años después ingresó en el Hall de la Fama del teatro. Sus comienzos nada tuvieron que ver con esa fama de la que él, tipo con pinta de rudo, nunca se llevó bien. De joven, mientras trabajaba de mozo en un rancho, leyó Esperando a Godot, de Beckett. Aquella experiencia, reconoció en varias oportunidades, lo marcó. Estudió para veterinario, pero terminó alistándose en un grupo de teatro ambulante. A los 19, se trasladó a Nueva York. Debutó como autor en 1964.Sus obras se centraban en las familias, en sus problemas, en sus lados oscuros. «Es una de las grandes tragedias de nuestra vida contemporánea que las familias se desmoronen. Casi todos tienen eso en común -declaró en un reportaje a El País, de España-. La soledad es otro de mis temas recurrentes porque es la experiencia central de la vida moderna. Todos luchamos contra ella. Hay quien la elude buscando la seguridad de una familia, otros se rodean de gente. Yo escribo porque es una compañía constante. Llevo mis cuadernos a todas partes. Cuando escribo no me siento solo y necesito esa soledad para escribir. Es un conflicto sin solución.» En Cowboy Mouth, de 1971, que escribió junto a Patti Smith, un personaje dice: «La gente quiere un ángel callejero. Quieren un santo, pero con boca de vaquero». Para muchos, ese ángel callejero fue él. Vivió en su rancho en Kentucky lejos de las luces de Broadway y de Hollywood. Lo suyo, o sus mundos ficcionales y poéticos, eran las tiendas de licores, las amantes esquivas, los fracasos familiares, la masculinidad en el oeste norteamericano, el rock, los perdedores. Del teatro La MaMa, antro de las vanguardias escénicas de los sesenta, a su rancho en el Oeste, Sam Shepard se las ingenió para convertirse en uno de los dramaturgos más personales de la cultura de los Estados Unidos.”


Ida y vuelta

Editor periodístico: Leonardo Coire.
Noticias derecho al autor.

4 / Ago / 2017