Efemérides

Solía repetir mucho una cita porque estaba en perfecta concordancia con su ideología y su modo de concebir el arte, vale decir: la vida. Las palabras son John Stuart Mill. “Podemos asegurar que el conocimiento que tienen los varones de las mujeres, tales como han sido y son y sin referirse a lo que podrían ser, será siempre desesperadamente imperfecto y superficial, y lo seguirá siendo hasta que las propias mujeres cuenten todo lo que tienen que contar”.
Cada vez que tenía una oportunidad, decía lo que pensaba: “Yo creo que hay muchísimos varones jóvenes que están tomando conciencia de lo que es el machismo –para mí el primer fascismo– y que están intentando revertir todo eso. Pero el mayor esfuerzo tiene que provenir de las mujeres . Porque muchas veces, es la mujer la que se siente cómoda en una posición pasiva, sin responsabilidades, que espera que todo se le dé”, dijo María Luisa Bemberg durante una entrevista; y si hoy estas palabras resultan tan urgentes como necesarias, habría que recordar que fueron dichas a mediados de los años ochenta.
Lexis y praxis, decían los latinos. Decir aquello que se hace, y viceversa, no hace otra cosa que construir una coherencia, en el sentido ético del término. Mujer fuertemente comprometida con el feminismo y partícipe en la fundación de la Unión de Feministas Argentinas, María Luisa Bemberg nació el 14 de abril de 1922 y falleció el 7 de mayo de 1995. Directora de cine y guionista, las temáticas de sus obras buscaron siempre la concientización para la emancipación y la reivindicación de la mujer en películas como Señora de Nadie (1981), Miss Mary (con Julie Christie, 1986) y De eso no se habla, guion en colaboración con Jorge Goldenberg (1993, con Marcello Mastroianni).
Entre sus reconocimientos internacionales se encuentran dos películas enfocadas en la vida de dos de las más famosas mujeres de la historia argentina: Camila, guion en colaboración con Beda Docampo Feijoó y Juan Bautista Stagnaro, sobre Camila O’Gorman, nominada al Premio Óscar como Mejor Película Extranjera en 1985, y Yo, la peor de todas (1990), sobre Sor Juana Inés de la Cruz, con Assumpta Serna y Dominique Sanda, inspirada en Las Trampas de la Fe, ensayo del escritor Octavio Paz, en colaboración con Antonio Larreta.
María Luisa Bemberg se formó en Nueva York, tomando clases con Lee Strasberg y, en Argentina, con Beatriz Matar. Para los especialistas su cine estuvo fuertemente influenciado por la Nouvelle Vague francesa e italiana y por Ingmar Bergman. Comenzó como empresaria de espectáculos teatrales en 1959, fundando, junto con Catalina Wolff, el Teatro del Globo porteño. Escribió la pieza teatral La margarita es una flor, sobre la que luego basaría Crónica de una señora (1970) guion que fue tomado para la película homónima de Raúl de la Torre. También escribió el guion de Triángulo de cuatro (1975) de Fernando Ayala y más adelante fundó su propia empresa de producción cinematográfica con la productora Lita Stantic.
A lo largo de su carrera artística recibió toda clase de reconocimientos y premios, entre los que se encuentran el Premio Argentores al mejor guion por Triángulo de Cuatro, Premio Konex – Diploma al Mérito de la Fundación Konex de Argentina como Guionista (1984) y Premio Konex de Honor.
Combatida por la censura durante la última dictadura cívico-militar argentina, María Luisa Bemberg tenía 58 años cuando dirigió Momentos, su primera película. Luego del estreno, escribió: «Sabía que si mi película salía mal no iban a decir “¡qué bestia, la Bemberg!” sino ‘¿No ven que las mujeres no sirven para hacer cine?’, y ahí caían en la volteada millones de mujeres inocentes».
Estaba trabajando en el guion de su película El impostor, basada en un cuento de Silvina Ocampo cuando falleció a los 73 años. La película fue luego realizada por su colaborador Alejandro Maci y estrenada en 1997, como siguiendo aquel mandado de Stuart Mill. Contar todo lo que tenía que contar, hasta final.
7 / May / 2020