Las declaraciones del presidente electo fueron realizadas durante el programa “El horno está para bollos” de Radio con Vos, conducido por Patricio Barton, con la participación de Carla Czudnowsky, como columnista, y de Alejandro Dolina como invitado especial.
El presidente electo Alberto Fernández manifestó que proteger los derechos de los creadores será un eje fundamental de su política cultural. En diálogo con Alejandro Dolina, en el programa “El horno está para bollos” (Radio con Vos), conducido por Patricio Barton, Fernández aseguró que el mayor problema que percibe “es el maltrato que recibe el creador”.
“El que crea cada vez tiene menos derechos: el que crea música, el que pinta, los actores, el autor que escribe un libro, un guion… no tienen derechos, han sido muy maltratados”, aseguró y amplió su concepto: “Lo discutía mucho con mi hijo porque él tenía varios programas para bajar música y yo le decía: ‘¿por qué haces eso? Le estás arruinando la vida al que hizo esta música’. Él no me entendía y me decía que esa era una manera de que todos puedan escucharla. Claro, pero el que la hizo pierde derechos. Y hoy esto se ve en las grandes plataformas. Cuando hablás con los músicos te cuentan cómo las grandes plataformas musicales les arruinaron la vida. Porque no saben lo que cobran, no saben cuánto se escucha o dónde se escucha. Se perdió todo control sobre eso”.
Más adelante, Fernández fue contundente al definir su prioridad a la hora de generar políticas culturales: “A mí me parece que nosotros tenemos que prestarles mucha atención, pero mucha atención, a los creadores, a los derechos de los que crean, porque ese es el mayor incentivo para que sigan creando y para que haya otras generaciones de creadores”.
Para ejemplificar su enfoque, Fernández recordó su experiencia como Jefe de Gabinete durante el gobierno de Néstor Kirchner: “Un día Guillermo Francella me contó lo que pasaba con ‘Casado con hijos’, que llevaba no sé cuántos años ocupando toda la tarde de un canal de televisión. Y me vinieron a plantear que ellos como intérpretes no cobraban nada porque el día que vos cediste los derechos, nunca más cobrás. Entonces creamos SAGAI, la sociedad de intérpretes de Argentina, y pusimos obligaciones a los canales para que cada vez que pasaban una película debían pagar derechos a los intérpretes. ¿Y qué quise hacer con eso? Que no se mueran los intérpretes, que estén resguardados del más cruel capitalismo. Porque hay un canal que pasa las 24 horas obras repuestas, programas repuestos, que se hicieron 20 años atrás… ¿Y qué? ¿Sobre eso nadie cobra? ¿Los intérpretes nunca más cobran? Por eso digo que para mí preservar los derechos de los que hacen cultura es muy importante”.
El presidente electo Alberto Fernández junto a Patricio Barton y Alejandro Dolina
Por tercer año consecutivo, Argentores suma su aporte al premio ARTEI a la producción teatral independiente a través de un premio especial para autores y autoras nacionales, autor y autora de música original y coreografía de las obras que resulten ganadoras y cuenten con estos rubros en los proyectos presentados.
El premio ARTEI abrió su novena convocatoria en busca de generar instancias de coproducción y trabajo conjunto entre salas y grupos teatrales independientes. Al igual que en sus ediciones anteriores, se busca estimular con este Premio la gestación de obras de diversos géneros teatrales, haciendo especial énfasis en la importancia que para el desarrollo del proyecto se tenga en cuenta las características espaciales del teatro o del espacio escénico en el que se produzcan y representen, y buscando estimular el trabajo mancomunado entre dos de las partes fundamentales del fenómeno teatral de la ciudad de Buenos Aires como son grupos y espacios.
El premio consiste en un aporte de $ 72.000 ($50.000 para la cooperativa y $ 22.000 para la sala), destinados a la producción de un nuevo espectáculo teatral a estrenarse indefectiblemente durante los seis meses posteriores al anuncio de los ganadores. A esto habrá que sumarle el aporte extra de Argentores ya mencionado.
Este año, el jurado estará integrado por Patricia Zangaro, Amancay Espíndola y Silvia Copello.
La presentación de proyectos ya se encuentra abierta y se podrán acercar propuestas hasta el 16 de marzo de 2020, fecha en la que el jurado comenzará a deliberar hasta el 24 de abril. La comunicación de los ganadores y la entrega de premios están prevista para el próximo 4 de mayo.
Para consulta sobre los proyectos y para coordinar la entrega de los mismos, los interesados se deberán comunicar con ARTEI al 15-30611000 o por mail a artei2@yahoo.com.ar. También se podrán presentar proyectos directamente en las asambleas de ARTEI.
Fue distinguido como autor del Mejor Guión en el 16º Festival de Cine con Vecinos
Francisco Martín recibió la distinción de manos del delegado cultural de Argentores en Córdoba, Gonzalo Marull
El guionista y director cordobés Francisco Martín recibió el Premio Argentores al Mejor Guión en el 16º Festival de Cine con Vecinos, por su film La estrella, en el marco del encuentro realizado en la ciudad de Saladillo.
Este año, el jurado honorífico de la Sección Competencia estuvo integrado por Graciela Maglie (Consejo de Cine de Argentores y Guionista de Cine y Televisión), Inés de Oliveira César (Comisión de Cultura DAC y directora de cine) y los directores cinematográficos Jorge Gaggero, Natural Arpajou, Mariela Pietragala, Diego Corsini y Gustavo Corrado.
Francisco Martín recibió la distinción de manos de Gonzalo Marull, delegado cultural de Argentores en Córdoba. A la entrega fue acompañado por la protagonista del film Julieta Martín.
“La emoción viene desde la selección misma a participar del festival; es un orgullo tener la posibilidad de poder mostrar lo que uno hace, sobre todo cuando uno apuesta a contar una historia tan chica, tan íntima y tan particular. Que te den pantalla para contar esa realidad que vos querés mostrar es inigualable”, aseguró Francisco.
Trailer del film «La estrella», de Francisco Martín
Agregó luego: “Recibir el premio es un sueño que nunca tuve pero que se cumplió. Nunca hice cine pensando en recibir reconocimientos, pero cuando apareció este premio me di cuenta que era un sueño que siempre tuve y que de alguna manera lo estaba persiguiendo”.
En relación al festival, el guionista y director sintetizó: “La particularidad de este festival es que permite mostrar ese cine que no se ve, que no está en la grandes pantallas, y que habla de ciertas realidades que a veces, por ser tan cotidianas, incomodan. Yo digo que el cine argentino genera una incomodidad por su dureza: Es muy duro vernos a nosotros mismos en la pantalla. Vernos reflejados en el cine, es algo a lo que todavía no estamos preparados como ciudadanos”.
ARGENTORES, reafirmando su irrenunciable vocación democrática, felicita al Dr. Alberto Ángel Fernández, Presidente de las argentinas y los argentinos, y celebra coincidir con el nuevo gobierno en la defensa de los valores culturales de nuestro país, en la lucha por la ampliación de derechos, en la defensa de los derechos de autor y de respeto por la diversidad cultural, étnica y de género.
En esta oportunidad dialogamos desde el espacio “Obra en construcción” junto a Ricardo Rodríguez, Secretario del Consejo Profesional de Televisión de Argentores, con los autores de El Marginal 3 para que nos cuenten acerca de la dinámica de trabajo de un equipo conformado por cinco autores de nivel cuyo desafío como punto de partida fue mucho más que renovar y profundizar una historia que ya lleva tres temporadas y que en 2019 se impuso nuevamente en una tercera tan exitosa como las que la precedieron.
“Quien no conoce nuestro trabajo a veces no entiende esto a lo que se refiere Omar. Y te preguntan, ´¿pero cómo, los diálogos los escribe otro, entonces el autor qué hace?´ A veces cuesta entender que todo el proceso tiene distintas etapas”, dirá Nicolás Marina durante la entrevista, autor que ha participado casi desde el inicio de El Marginal y que resalta la importancia de un buen trabajo en equipo para esta clase de proyectos. Profesor adjunto de la carrera de Guionista de Radio y Televisión en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (I.S.E.R.), Marina es autor, entre otras, de “Banco de Suplentes”, obra de teatro seleccionada en el concurso Contar 3 (2016) y que este año estuvo en cartel en Teatro La Comedia.
Por su parte, Omar Quiroga inició su labor profesional en 1989 como humorista político desarrollando desde entonces una extensa carrera como guionista, director y productor en cine y televisión local y regional. Es docente de guión y ha trabajado como consultor en contenidos y comunicación para proyectos universitarios y gubernamentales.
Andrés Pascaner estudió guion en el ISER y fue convocado por una de sus profesoras, Marisa Quiroga, para dialogar la telenovela «Taxxi: amores cruzados». Fue colaborador de Guillermo Salmerón y Silvina Olschansky en varias series, entre ellas «El Marginal 2» y «Maradona: sueño bendito». También escribió proyectos de no ficción, principalmente para la productora Ponchosauer. «El Marginal 3» es su primer trabajo como autor.
Natalia Torres empezó su carrera en el año 2000 como guionista en “Campeones de la vida”, (Pol-Ka, Canal 13). De ahí en más participó en muchas ficciones nacionales e internacionales, como “Rincón de luz” (2003 -Cris Morena Group), “Amor Mío” (2007 – Cris Morena Group, RGB, Televisa), “Herencia de amor” (2009 –LCA, Telefe) “Dulce amor” (2012 –LCA, Telefe), “Noche&Día” (2014 – Pol-Ka, Canal 13), también “La Candidata” (2016 – Televisa), “Caer en tentación” (2017 – Televisa), “Stroke” (2019 – Mediapro, Oficina Burman) y en la secuela de la multipremiada serie “El Marginal 3” (2019 –Underground, TV Pública).
Gabriel Macias estudió varias carreras, entre ellas comunicación social (UBA), guion de cine y tv (CIEVYC), y actualmente cursa la licenciatura en actuación (UNA). En 2010 empezó su carrera como guionista de ficción. Algunos de sus trabajos fueron “La Doña” (Paraguay), “Dance! La fuerza del corazón” (Uruguay), “Taxxi, amores cruzados” (Telefe), “Kally’s Mashup Temporadas 1 y 2” (Nickelodeon), Noche & Día (Pol-ka), entre otras. Su último trabajo como guionista fue en la serie “El Marginal 3”, emitida por TV Pública.
¿Qué recordás de los comienzos de la primera temporada de “El Marginal”?
Nicolás: Adrián Caetano y Guillermo Salmeron me convocaron para lo que sería entonces la primera temporada de “El Marginal” cuando ya el proyecto estaba muy avanzado. Es decir que parte de la historia estaba planteada, pero había que comenzar a escribir los diálogos de esas estructuras que ellos empezaban a hacer. Originalmente iba a ser una serie de treinta capítulos de media hora. Yo me sumé a dialogar desde el primer capítulo y cuando estábamos más o menos por el capítulo quince comenzaron las filmaciones. Hasta ese momento no había casting y era escribir teniendo que imaginar nosotros a los personajes. Recuerdo que investigué mucho sobre el mundo carcelario y cómo hablan o qué cosas hacen. Después hubo una reescritura muy fuerte una vez que estuvo el casting porque surgieron cosas que no estuvieron planeadas desde el guion en relación a algunos personajes. Para mí fue una gran experiencia, muy intensa en ese momento. A diferencia de ahora hubo varios meses desde el momento en que escribimos hasta que salió al aire; si no recuerdo mal pasó más de medio año.
¿Por qué decidieron hacer una precuela para la segunda temporada?
Nicolás: En parte porque había muchos personajes que en la primera temporada morían y quedaban fuera de la historia. De pronto sentimos que había más para contar sobre ellos. Entonces apelamos a ese recurso temporal que también nos sirvió para contar cómo fue que esos personajes llegan a la cárcel y cómo se terminan convirtiendo en lo que son.
¿Analizaron antes la posibilidad de hacer una continuidad de la primera temporada?
Nicolás: No, en aquel momento pensamos directamente en la precuela. En el caso de esta tercera temporada pensamos que fuera lo que sucede entre el final de la segunda y el principio de la primera temporada para poder abarcar todo el período de los Borges en San Onofre.
¿Cómo surgió el equipo de trabajo y cómo se organizaron para esta tercera temporada?
Omar: A mí me llamaron para sumarme con Andrés y Nicolás. Todavía no sabía que estaban Natalia y Gabriel para incorporarse. Yo estaba en otros proyectos, pero automáticamente dije que sí. Bueno, me junté con Andrés y Nicolás, que ya tenían armado todo el esquema de lo que sería la temporada tres, o sea la trama principal ya estaba planteada, si bien se modificaron muchas cosas y se agregó algún que otro personaje. Al incorporarme, lo que propuse – teniendo en cuenta que estábamos entre dos temporadas y teníamos límites bien concretos- fue que profundizáramos básicamente en relación a los personajes y la trama para hacer la historia más atractiva.
Hay un desafío muy grande por parte de ustedes para pensar la manera en que se relacionan las distintas temporadas.
Nicolás: Si, es cierto. Teníamos que estar muy atentos para pensar en qué lugar quedaban cada uno de los personajes. A veces queríamos llevar al personaje hacia un determinado lugar pero nos dábamos cuenta de que no podíamos porque estábamos sujetos a las temporadas anteriores.
¿Cómo surgió la historia que se plantea en esta tercera temporada?
Andrés: Nicolás y yo tuvimos unas primera reuniones con Sebastián Ortega y Pablo Cullel donde ya había una idea de lo que querían que fuera la tercera temporada. Específicamente esta cuestión de que estuviera en el medio entre la primera y la segunda. A partir de ahí nos dieron mucha libertad tanto a Nicolás como a mí quienes hasta la segunda temporada, habíamos sido dialoguistas. A partir de la tercera ya trabajamos como autores. Estuvimos cerca de un mes trabajando en la “biblia” con dos o tres ideas básicas y teniendo en cuenta los límites a los que nos referíamos para no contradecir lo que ya se había visto en las otras temporadas. En este sentido nos tomamos muy pequeñas licencias para poder justificar lo que le ocurría a ciertos personajes. La “biblia” gustó mucho en Underground. Cuando se sumó Omar afinó algunas cosas. La “biblia” no estaba separada en los ocho capítulos, algunas acciones no estaban definidas en un determinado lugar. Y con Omar fuimos definiendo los momentos más oportunos en los que deberían sucederse ciertas acciones.
Omar: En esta temporada entraron un montón de personajes nuevos y teníamos que tomar decisiones en torno a las entradas y salidas de ellos en la historia.
Andrés: Algunas de las cosas que tuvimos que modificar tuvieron relación con el casting. Por ejemplo, la incorporación de Bruni, interpretado por Alejandro Awada, un personaje que tomó una gran relevancia en la historia a medida que se sucedieron los capítulos.
¿Condiciona mucho el actor que va a interpretar a la hora de escribir?
Nicolás: A veces sí, porque al saber que contás con un actor que tiene muchos matices lo querés aprovechar.
¿Cuánto tiempo les demandó las distintas etapas del trabajo?
Andrés: La “biblia” nos llevó alrededor de un mes hasta que finalmente fue aprobada. Omar nos ayudó a terminar de cerrar la escaleta antes de comenzar a dialogar. Trabajamos por etapas. Una vez que nos aprobaban la escaleta recién ahí dialogábamos. Y una vez que nos aprobaban los diálogos, recién ahí empezábamos a trabajar una escaleta, dos o tres. Si nos llevó cerca de un mes fue porque teníamos que presentar muchos personajes nuevos y dejar otros para más adelante. A partir del segundo capítulo, el promedio de tiempo que nos demandó fue de dos semanas para tener todo, me refiero a la escaleta y los diálogos. Después se incorporaron los dialoguistas, a partir del tercer capítulo. Me refiero a Natalia y a Gabriel.
Omar: La incorporación de Natalia y Gabriel como dialoguistas nos permitió ganar tiempo para las reescrituras, si era necesario. Tener tiempo para reescribir es fundamental. Para mí hay un concepto que tiene que ver con la madurez. Por lo general lo primero que hacés está verde y necesita tiempo. Esta cuestión de trabajar en equipo tiene como fundamento optimizar el tiempo. Es natural que los ocho capítulos tienen que escribirse en un tiempo determinado. En nuestro caso considero que fue óptimo que hubiera cinco personas trabajando. Un equipo de autores con distintas responsabilidades: esa es la única diferencia.
Nicolás: Quien no conoce nuestro trabajo a veces no entiende esto a lo que se refiere Omar. Y te preguntan, ¿pero cómo…los diálogos los escribe otro, entonces el autor qué hace? A veces cuesta entender que todo el proceso tiene distintas etapas. Trabajar en equipo te permite ganar tiempo para la reescritura y también para corregir errores.
Omar: Te cuento cómo escribimos el primer capítulo. Uno dijo “yo escribí hasta tal página” y el resto se dividió las partes que faltaban hasta el final. Uno podría pensar que era absurdo ya que no sabía lo que escribió el otro. Bueno, sí. Ya sabíamos. Muy bien lo sabíamos porque lo habíamos hablado mucho. ¿Qué quiero decir con esto? Sencillamente que estábamos funcionando como un cerebro hecho de tres. Creo que si algo resulta en esta temporada es que lo visual está obedeciendo a lo dramático, quiero decir que los personajes se mueven por conflictos que le son propios. Y las consecuencias son graves. Eso es lo que sucede. Y por eso la espectacularidad, digamos, que se logró finalmente.
Andrés: Después de las reuniones en Underground, nos reuníamos los tres para terminar de afinar algunas cosas y luego comenzábamos con las escaletas para que finalmente Omar les diera el visto bueno y corregir. Sobre todo corregir mucho. Esas escaletas las compartíamos con Natalia y Gabriel una vez que ya estaban aprobadas por Underground. A partir de ahí también nos interesaba la opinión de ellos antes de comenzar a dialogar.
¿Es la mejor manera trabajar con dialoguistas en una serie tan corta?
Nicolás: Yo creo que cuando no se dispone de mucho tiempo es muy necesario trabajar con dialoguistas más allá de la duración de la serie. Por supuesto que puede demorar un poco el dialoguista en entrar en la dinámica si no conoce la historia o si no trabajaste antes con esa persona. En este caso, yo no lo conocía a Gabriel pero sí a Natalia. En cambio Andrés sí conocía a Gabriel. Así que ya sabíamos cómo trabajaban y que no les iba a costar entrar en la historia.
¿Cómo resultó la experiencia de dialogar a partir del tercer capítulo?
Natalia: En un momento pensamos con Gabriel que no nos iban a convocar por esto de que los dos primeros capítulos estaban ya terminados. Y cuando finalmente nos incorporamos al equipo, la verdad es que no tuvimos ningún problema porque conocíamos muy bien la historia y a los personajes. Con Gaby éramos fans de “El Marginal” desde la primera temporada.
Gabriel: Además estábamos preparados incluso para escribir el primer capítulo si hubiera sido necesario. Pasó un tiempo desde que nos convocaron hasta que empezamos a escribir. Eso nos dio espacio para ver varias veces las temporadas anteriores y no verlas como espectadores, sino haciendo un estudio de la historia, de los personajes, de los lugares, incluso imaginando el relato. Nuestro trabajo en equipo consistió en estar conectados todo el tiempo que fuera necesario con Natalia. Dividíamos las escenas y nos leíamos mutuamente antes de mandar el capítulo dialogado.
Natalia: Cuando llegamos al octavo capítulo, nos sucedió eso a lo que se refería Ricardo: queríamos seguir escribiendo. A diferencia de las tiras diarias, cuando escribís una serie de ocho capítulos, como en el caso de “El Marginal”, sentís que hay mucho más para explotar y profundizar justo cuando estás juntando tus cosas para irte.
Gabriel: Nos quedamos con ganas de escribir veinte capítulos más.
¿Las escaletas ya les llegaban muy detalladas o les dejaba un espacio?
Gabriel: Nos llegaba todo muy trabajado pero también había un espacio para jugar las escenas y volcar la creatividad en los personajes.
Natalia: Trabajamos con mucha libertad en ese sentido.
Gabriel: A veces, y no fue este el caso, te llega información de más que te puede jugar en contra.
¿En el uso del lenguaje también hay una correspondencia con los anteriores capítulos?
Gabriel: Estudié mucho las dos primeras temporadas para poder estar a tono con los modismos y las palabras que usan los personajes. Pero no solo eso, también ver desde qué emoción primaria se relacionan los personajes porque de ahí nace la acción y luego vienen las palabras. Reconocer esto me abrió el campo para conocer más a los personajes y hacerlos hablar. Natalia: En mi caso, que también me suele tocar trabajar en tira diaria, tener cinco días para dialogar en El Marginal fue un placer inmenso. Incluso por eso mismo a lo que se refería Omar, poder tener tiempo para corregir, pulir, mejorar.
¿Es necesario conocer la locación para escribir?
Nicolás: Uno a veces el espacio no lo contempla demasiado, tal vez se hace una idea pero al no ver el lugar donde va a suceder determinada acción pueden ocurrir algunas cosas que hay que mejorar. Nos pasó a Nicolás y a mí como dialoguistas en la temporada anterior que por toda una secuencia de acción que se había planteado desde los guiones y no había convencido mucho al director tuvimos que ir a la cárcel y recorrerla para poder corregir algunas cosas ahí mismo. En esa oportunidad estar en el lugar nos sirvió mucho para que la escena fuese creíble y realizable.
Andrés: En el capítulo final de la segunda temporada todos los presos del patio tenían que entrar a la cárcel y tomarla. Desde la escaleta se había pensado que los presos forzaran un portón y entraran todos juntos. Pero no había un portón, no era realizable. Era un problema para la producción. Así que Nicolás y yo fuimos al rodaje para ver qué se podía adaptar de lo que estaba en la escaleta sin cambiar la trama. Me acuerdo que vimos que había algo similar a bocas de alcantarillas. Entonces la propuesta fue que en vez de forzar el portón, entraran por la alcantarilla. Y así se hizo. Para esas cosas sirve mucho ir a la locación.
Omar: Las locaciones son lo primero que narran. En nuestro caso poder contar con San Onofre es una amplificación de todo lo que sucede. Es verdad que esa cárcel habla y cuenta por sí misma también.
¿Por qué piensan que tiene tanto éxito El Marginal?
Andrés: Yo pienso que el éxito tiene mucho que ver con el humor que tiene la serie. Y es una marca autoral de Silvina Olschansky y Guillermo Salmerón que nos viene como legado.
Nicolás: Creo que una de las claves es tener la posibilidad de ver a personajes en situaciones extremas y también un poco de identificación en el sentido de cómo viviría yo en esa situación. Y El Marginal tiene en cada una de sus temporadas un personaje que viene de afuera para vivir una de las experiencias más extremas que uno se puede imaginar. Creo que genera mucha fascinación por ese lado.
Natalia: Me acuerdo que la primera temporada me sorprendió mucho. Todo lo que venía a contar la serie me sonaba verosímil. Y coincido con Andrés en cuanto al tratamiento del humor. Si no fuera por ciertas salidas “divertidas”, algunos momentos serían difíciles de digerir.
Gabriel: Para mí tiene una argentinidad que es transversal, atraviesa todas las clases sociales. De ahí, la identificación con la serie.
Omar: Por un lado tengo un misterio, y es por qué le atrae a gente tan distinta y que parece sentir y pensar cosas muy diferentes. En algunos casos se me hace muy claro, en el caso de mis alumnos de la universidad, por ejemplo, chicos que tienen entre 18 y 25. Están fascinados. Por alguna razón hay una identificación muy grande. Me parece que esto tiene que ver con la fantasía, la fábula y demás. Ahora, qué sucede con otra clase de público, un público adulto que no vive en esas condiciones ni muy cerca de eso y que de hecho en la vida real va a rechazar por completo el contacto con ese mundo carcelario… Tal vez es justamente eso, le permite asomarse a ese mundo sin tener que tener ningún contacto.
Alejandra Torres y Federico Rusconi brindaron una charla sobre el tema en Argentores
Pedro Patzer, Secretario del Consejo Profesional de Radio, presentó la charla de Alejandra Torres y Federico Rusconi
El viernes 29 de noviembre en el Auditorio Gregorio de Laferrère de Argentores, se realizó la charla “10 pasos para hacer un podcast y convertirlo en un negocio”, a cargo de Alejandra Torres y Federico Rusconi. El encuentro, organizado por el Consejo Profesional de Radio de Argentores, propuso generar un espacio de reflexión sobre la industria del Podcast en nuestro país.
Durante la charla, y tras la presentación a cargo de Pedro Patzer, Secretario del Consejo Profesional de Radio de nuestra entidad, ambos especialistas contaron las claves de la actividad, hablaron del modelo de negocio que propone y describieron los caminos para generar un proyecto propio.
Ideas centrales, análisis del mercado, segmentación de audiencia, desarrollo de una idea, periodicidad, generación de recursos económicos, e intelectuales, búsqueda de monetización, detalles de la preproducción, selección de temas a tratar, modos de producir y de grabar, análisis de los programas de edición y del mercado de distribución fueron algunos de los múltiples ítems abordados.
Alejandra Torres y Federico Rusconi son cofundadores de “Drop The Mic”, una comunidad de podcasters y hosts pertenecientes a redes de podcasts o producciones independientes, que busca democratizar el conocimiento sobre la industria del podcasting para aplicarlo en el ámbito local.
“Nuestra misión es fomentar una industria nacional con estándares de calidad para ser competitivos internacionalmente, alcanzar mayores números de audiencia y generar nuevos puestos de trabajo en el rubro”, aseguran sus integrantes.
Video completo de la charla «10 pasos para hacer un podcast y convertirlo en un negocio”, a cargo de Alejandra Torres y Federico Rusconi en el Auditorio de Argentores
Autoras de distintas generaciones y disciplinas realizaron un brindis en un acto efectuado en el bar de Argentores, convocado por la Comisión de Género de la entidad, para celebrar el año compartido, una etapa en la que se abandonó el aislamiento para comenzar a transitar un trabajo en conjunto, y donde la horizontalidad parece ser la clave de su funcionamiento.
“Las mujeres trabajamos desde siempre en una modalidad circular, el quehacer va pasando de la mano de una a la mano de otra, y de ese modo, entre todas vamos transformando aquello que anhelamos”, se indicó desde la Comisión.
“Es nuestra forma natural de funcionamiento”, señalan las autoras de La Colectiva. Así trabajó a lo largo del año esta organización que reúne a más de doscientas cincuenta autoras de todo el país. Y este modo de funcionamiento se replicó en la Comisión de Género de Argentores que, en su primer año, se vio abocada a observar y reflexionar sobre la problemática hacia el interior de la entidad.
En un año clave para las mujeres, con gran presencia en la vida política y social, las autoras también se hicieron presentes, organizándose, exigiendo mayor presencia en la vida cultural de nuestro país, y reclamando por más derechos. Sin lugar a dudas esta visibilización y puesta en valor comienza a dar frutos, y prueba de ello es la reciente creación por parte del Gobierno Nacional del nuevo Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
El mítico teatro que fundó Leónidas Barletta hace ya casi 90 años tiene por primera vez en su historia una sede propia
La fachada de la nueva sede del Teatro del Pueblo
A la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos, es cierto. Al igual que en su anterior casa ubicada en Diagonal Norte 943, el nuevo Teatro del Pueblo cuenta también ahora con dos salas, la principal, bautizada con el nombre de “Carlos Somigliana”, ubicada en planta baja con una capacidad para más de cien espectadores y otra, ligeramente más pequeña, ubicada en el primer piso, la “Teatro Abierto”. Solo que con una diferencia esencial –fundacional, sería la palabra correcta– : por primera vez en su historia, el Teatro del Pueblo tiene su sede propia, ubicada en la calle Lavalle 3636, gracias a la gestión promovida por la Fundación Carlos Somigliana –Somi– que desde hace más de veinte años preside el prestigioso dramaturgo Roberto “Tito” Cossa.
“Estamos cumpliendo un sueño. Si en algún momento parecía imposible, hoy siento que estamos frente a la materialización de ese sueño que por fin se hizo realidad”, señaló la dramaturga, actriz y directora Mariela Asensio, durante la inauguración del Teatro del Pueblo, celebrada el pasado 29 de noviembre, donde se hicieron cita distintas personalidades del ambiente teatral que también fueron partícipes fundamentales del proyecto colaborando en colectas que se llevaron acabo durante el año pasado en sintonía con el apoyo de Mecenazgo, Proteatro y el Fondo Metropolitano del Ministerio de Cultura de la Ciudad.
Para la construcción de la sala, recordamos, se contó con el apoyo de los organismos del estado, con una colecta de la comunidad teatral, así como con donaciones de los integrantes de SOMI y de otras entidades como Argentores.
Roberto Perinelli y Tito Cossa, inauguraron la sala con el toque de campana tradicional del Teatro del Pueblo
“La idea es a partir de ahora pensar una programación lo más amplia posible”, afirmó el dramaturgo Andrés Binetti, integrante de la Fundación Carlos Somigliana. “Esa es nuestra vocación. Tenemos la impronta de promover la producción nacional, básicamente desde la diversidad, es decir no pretendemos instalar una estética sino que haya teatro de calidad. Por otro lado, la Fundación nos da la posibilidad de que se encuentren las distintas generaciones. El teatro argentino está más vivo que nunca, fijate que hay entre doscientos y trescientos espectáculos por fin de semana”.
“Todo comenzó porque nos teníamos que ir de nuestra sede anterior y frente a esa circunstancia pensamos que lo mejor sería ir por todo y lograr una sede propia”, agrega Mariela Asensio. “Somos un equipo de personas distintas pero muy bien armonizadas. Tenemos mucha experiencia en gestión y por eso pudimos sortear todas las dificultades que fueron apareciendo a lo largo del camino. A partir de ahora vamos a poder enriquecer nuestras actividades porque al tener una sede propia se abre mucho el abanico de posibilidades. Inicialmente, el Teatro del Pueblo no sólo programaba y producía obras sino que también daba talleres, editaba y organizaba ciclos. Lamentablemente eso fue cambiando por la situación económica; pero ahora tenemos la esperanza de poder trascender esa dificultad. Para nosotros es muy importante que El Teatro del Pueblo vuelva a recuperar el espíritu de renovarse constantemente”.
Para el reconocido dramaturgo Héctor Oliboni en lo más esencial de El Teatro del Pueblo está el nacimiento, justamente, del teatro independiente, que nació alrededor de 1930 con una idea del escritor y periodista Leónidas Barletta. Y de ahí en adelante una trayectoria impresionante con mucha historia hasta que, hace poco más de veinte años, fue tomado por la Fundación Carlos Somigliana. “Esta última etapa, que es la que yo integro desde hace ya doce años, es una parte, te diría, fundamental de mi vida artística, y me siento muy feliz de ser parte de lo que hoy pudimos concretar. Un hecho histórico, sin dudas”.
El presidente de Argentores, Miguel Ángel Diani, felicita a Roberto «Tito» Cossa en la inauguración de la nueva sala
Por su parte, Roberto “Tito” Cossa recuerda aquel primer Teatro del Pueblo y, sobre todo, la figura de Leónidas Barletta como la de un hombre genéticamente antifascista y de gran liderazgo, tanto que convenció a Roberto Arlt de que escribiera teatro.
Roberto “Tito” Cosa: Nuestro mayor vínculo con Leónidas Barletta era por medio de sus textos periodísticos. Sacaba un semanario que nosotros lo esperábamos a la noche como pan caliente. Se lo clausuraban y volvía a salir. Además de ser un gran periodista, tenía buenos colaboradores. Y otra cuestión muy importante, no nos olvidemos de que fue él quien lo hizo escribir teatro a Roberto Arlt. Todas sus obras se estrenaron en el Teatro del Pueblo.
Fundado por Leónidas Barletta el 30 de noviembre de 1930 con la finalidad –escribe Sylvia Saitta, en El escritor en el bosque de ladrillo, una biografía de Roberto Arlt–, según se señala en su estatuto, de “realizar experiencias de teatro moderno para salvar al envilecido arte teatral y llevar a las masas el arte general, con el objeto de proponer a la elevación espiritual de nuestro pueblo”, El Teatro del Pueblo desarrolla sus primeras funciones en teatros barriales y plazas públicas.
Oficialmente inaugura su temporada el 14 de febrero de 1931 en un cine de Villa Devoto, con un programa que incluye La conferencia, de Mark Twain, interpretada por José Petriz, El cafetín, canciones de suburbio interpretadas por Virgilio San Clement; La madre ciega, boceto de Juan Carlos Mauri; Comedieta burguesa de Álvaro Yunque; y versos criollos recitados por Hugo D´Evieri. El programa se repite en otras dos salas de cines de barrio hasta que Barletta alquila la sala de la Wagneriana, ubicada en Florida 936, y allí debutan con un repertorio integrado por Títeres de pies ligeros de Ezequiel Martínez Estrada, La madre ciega y El pobre hogar, de Juan Carlos Mauri. Después de gestiones, idas y vueltas, Barletta obtiene que la Municipalidad le ceda el destartalado local ubicado en Corrientes 465 que tanto desconcierta a Arlt, quien esperaba encontrar otra cosa que asientos confeccionados con cajones de querosén, un escenario más pequeño que una mesa de comedor y metros de arpillera cumpliendo las funciones de telón.
Roberto “Tito” Cosa: Leónidas Barletta inauguró El Teatro del Pueblo en lo que había sido una lechería. Lo que sería ese lugar que incluso despertó la burla de Roberto Arlt en una nota que escribió. Después se fue a un teatro que ya no existe y no recuerdo ahora si estuvo en un lugar más hasta que recaló en el viejo teatro San Martín. Ahí estuvo hasta el año 1943. Se produce el golpe de Estado y lo echan. Entonces se va a Diagonal Norte 943 y ahí se instala. Cuando pienso en mis primeros contactos con el Teatro del Pueblo, me tengo que remontar al año 55, más o menos. Yo tenía poco más de veinte años. En ese momento ya estaban Nuevo Teatro, Fray Mocho, Teatro de los Independientes y unos cuantos más, lugares que para nosotros representaba el buen teatro.
Habla Roberto Perinelli durante la inauguración. A su lado, los integrantes de la Fundación Somigliana
¿A qué refiere con “el buen teatro?
Roberto “Tito” Cosa: Al teatro que incorporo cuando comienzo a escribir, que es el de Stanislavsksi. Los anteriores eran muy enfáticos y retóricos. Los actores ponían voces forzadas. Cuando nace este tipo de teatro cotidiano, verdadero desde el punto de vista de que si hablaba un padre contemporáneo, por ejemplo, hablaba como tenía que hablar un padre de esa época, yo me vuelco a esa clase de escritura. También había mucha influencia del cine, claro. Por lo tanto, para nosotros, el Teatro del Pueblo era antiguo. Sin embargo, su valor radica en que Barletta entendió que desde un pequeño lugar se podía resistir culturalmente y que el teatro debía ampliarse a la cultura en general. Por ejemplo, él llevaba poetas como Raúl González Tuñón, Nicolás Olivari, entre otros, personas que nunca habían escrito teatro. También instaló una especie de Galería para obras pictóricas. Todos esos artistas que hoy recordamos, no sé… Juan Carlos Castañino, por ejemplo, o Raúl Soldi, llevaban sus obras para exposición. Otra cuestión interesante que promovió Barletta fueron los debates sobre las piezas que se representaban.
¿Cuándo comienza a relacionarse activamente con el Teatro del Pueblo?
Roberto “Tito” Cosa: En una reunión, Raúl Serrano nos dice que nos quieren dar el Teatro del Pueblo. Éramos un grupo de autores y directores herederos del Teatro Abierto. Entonces lo fuimos a ver y fue conmovedor porque entre otras cosas que tenía el teatro de Barletta antiguo era una platea plana con buenas butacas y un escenario pequeño. Bien para escuchar, es decir, no para el espectáculo porque no tenía desnivel. Cuestión que tomamos el teatro, lo refaccionamos junto con el Instituto Movilzador de Fondos Cooperativos, que eran los dueños de las paredes, y se hizo una sala mucho más moderna. Pasa el tiempo y cuestiones que no terminaron muy bien, un día el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos nos convoca a los integrantes de la Fundación Carlos Somigliana, que por entonces no éramos mucho más de cinco personas, para que nos hiciéramos cargo del teatro. Aceptamos y estuvimos durante veinte años trabajando con una apuesta muy fuerte del teatro argentino sin tener en cuenta estilos ni edades. Sólo que fuera teatro de calidad.
¿Y por qué nace la Fundación Carlos Somigliana?
Roberto “Tito” Cosa: La idea de la Fundación nació cuando el autor empezó a ser cuestionado. Muchos años antes, allá por los 70, hubo una corriente que planteaba la muerte del autor. A lo que yo respondía: “Sí, pero donamos los órganos”. En esa corriente se planteaba una serie de cosas relacionadas con la decadencia de la palabra, y lo corporal comenzó a tener más lugar como forma de expresión. Vinieron las experiencias colectivas, también. Y hubo cambios en los estilos, por ejemplo, la incorporación de la influencia del teatro del absurdo, si bien también nosotros incorporamos esas influencias, digo los mal llamados “realistas”. Pero lo más importante tiene que ver con el cuestionamiento del rol del autor. Eso ya pasó en parte, aunque no del todo.
¿Qué motivó el proyecto de que El Teatro del Pueblo tuviera por fin su sede propia?
Roberto “Tito” Cosa: Nosotros empezamos a sentir la necesidad de tener un lugar propio para estar seguros de que el Teatro del Pueblo no desaparecería. Considerábamos que, así como no puede desaparecer el Café Tortoni, tampoco podía sucederle al Teatro del Pueblo. Entonces comenzamos a pensar qué posibilidades teníamos de comprar la sede de Diagonal Norte por intermedio de algún préstamo y lo planteamos. Nos dijeron que no. Es más, también nos dijeron que necesitaban que compartiéramos la sala. Y eso nos dolió. Así que nos propusimos comprar un teatro. Algo que para mí era realmente imposible, no así para la gente joven. Cuestión que nos dieron dos años de plazo, lo cual nos pareció una buena actitud y ahí comenzamos con las gestiones hasta finalmente poder lograrlo. Al igual que en la sede anterior pero en este caso invertido, homenajeamos al Teatro Abierto poniéndole su nombre a una sala y otra a Carlos Somigliana, SOMI, que aparte de un autor fue un amigo. En mi caso, un amigo entrañable. ¿Viste cuando uno piensa en un amigo? Bueno, ese amigo.
El docente, guionista y director cinematográfico Marcelo Vernengo Lezica falleció hoy, a los 64 años. El autor contaba con 19 años en carácter de Socio Administrado B en nuestra entidad.
Actualmente se desempeñaba como guionista y docente de Extensión en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), dependiente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales. Además, era profesor titular de la Universidad de Belgrano, a cargo de la cátedra de «Lenguajes Audiovisuales III”
Dirigió y vivió durante más de diez años en España, Italia y Francia. Representó a la República Argentina en los festivales internacionales de Cádiz, España; La Habana, Cuba; Avignon y París, Francia; Roma, Milán y Nápoles, Italia; y en varias ciudades latinoamericanas como La Paz, Lima, Guayaquil, Quito, Caracas y La Habana.
Trabajó junto al guionista francés Jean Claude Carriere, el director inglés Peter Brook y el alemán Peter Stein en Roma y Paris.
Fue consultor de guiones y proyectos audiovisuales para grandes productoras mexicanas, Vernengo Lezica dicto seminarios para Altavista Films, C. I. E. Anhelo, Titán, Argos; y fue docente y capacitador en el Centro de Capacitación Cinematográfica Mexicano.
Recibió la Medalla al Merito de la Universidad Iberoamericana de México así como diversos reconocimientos a su labor profesional y docente.
Colaboró en más de 20 Films como asesor de guiones, estructura dramática y dirección de actores y en dos exitosas comedias musicales en México DF y en Buenos Aires entre las que se destaca Arráncame la vida, film basado en la novela de Ángeles Mastretta, protagonizado por Daniel Giménez Cacho con la dirección de Roberto Sneider y producida por Altavista Films, ganando diversos premios internacionales.
Por otra parte, realizó la estructura dramática y dramaturgia de la comedia musical “Bésame mucho”, producida en México C.I.E.; y fue director y guionista del documental “El Arte, Pan del Espíritu”, dedicado al escritor argentino Ernesto Sábato.
En 2016, participo en el film «Agosto Final», de Eduardo Sánchez, como guionista y actor.
En el marco del Festival de cortos “La Mujer y el Cine” se hizo entrega en el MALBA del Premio Argentores al Mejor Guion a Paula Manzone y Paula Morel, autoras del guion de “Pequeña”. Hizo entrega de la distinción Graciela Maglie, Presidenta del Consejo Profesional de Cine de la entidad, quien actuó como jurado junto con Celina Murga, Julia Montesoro, Silvana De Francesco y Marcela Sáenz.